Como desde hace unos sexenios no ocurría, regresó el día del Presidente. Este no es más que un momento en el que los reflectores y medios nacionales e internacionales se enfocan en el primer mandatario, así como en la forma en que comunica sus logros de gobierno. No veo cómo se aluda a sus pendientes y fallos.
Este Primer Informe ocurre mediante una clara estrategia de comunicación política, que mantiene al mandatario en las primeras planas todos los días. Buenas o malas referencias, no importa. Diario tiene las principales notas. Esto, sin duda, amerita que la Sala Superior del TEPJF ya se pronuncie. Lo deseable hubiera sido que se pronunciara antes del 1° de septiembre.
Cada mañana el Palacio nacional se convierte en “la fuente” de las noticias nacionales. Cuando no se originan ahí, inmediatamente los temas se suben a la mañanera. Lo que se dice y cómo se dice ya es materia de otras líneas.
Otra gran virtud de esta estrategia que no sabemos si sea legal o no, es el de las formas en que se comunica. Sin hacer uso de los tiempos oficiales del Estado y sin usar los tiempos del partido oficial se mantiene una presencia constante en los medios de comunicación y en sus receptores. Es innegable la cobertura amplia que tiene. Ya ni hablar de una posible calificación del evento como programación especial, lo que implicaría la necesidad de reprogramar las pautas partidistas, y muchos etcéteras.
Pero, ¿qué efectos tiene? Sencillo. En el día se generan miles de impactos y repeticiones en radio/televisión y, ni hablar de lo que ocurre en las redes sociales y plataformas digitales. Todo ello sin hacer uso de los tiempos del Estado y sin comprar tiempos comerciales para no romper el modelo de comunicación política, pero sí posicionando a un funcionario frente a la ciudadanía.
Una obra maestra. Nadie estaría en contra de que se rinda cuentas, por el contrario, exigiríamos más. Incluso, convoca en un solo lugar al conglomerado de medios. Un plan mediático de largo alcance que cumple con el objetivo de llegar a la mayoría de la población sin –aparentemente- violar la ley. Conocen el entramado legal y cómo trabajar con él.
Estas semanas pasaron a segundo plano. El centro de la comunicación fue el informe presidencial. Durante trece días (7 días previos, el día del evento y 5 posteriores) estaremos inundamos de aseveraciones positivas en cuanto al desempeño del gobierno. Pero, ¿cumple con la ley? Juzgue usted.
El artículo 242, párrafo 5 de la Ley General electoral señala que los servidores públicos pueden promover su informe de labores en los medios de comunicación siempre y cuando sea anual y su difusión se limite a una vez al año. Sin embargo, en menos de un año llevamos el informe de los 100 días, el del aniversario de que ganaron las elecciones (julio 2019) y este. No se debe cerrar la puerta a que en diciembre tengamos otro.
La propia Sala Superior ha señalado (SUP-REP-003/2015) que deben, entre otras cuestiones, realizarse una sola vez en el año calendario y después de concluido el periodo referente a aquél en que se habrá de rendirse. Además, debemos recordar que la figura y la voz del funcionario público deben ocupar un plano secundario, de frente a la relevancia que corresponde a la información propia de la rendición de cuentas que debe comunicarse en forma genuina, auténtica y veraz a la sociedad.
Por si fuera poco, en pleno 1er informe existe un incumplimiento al artículo 40 de la Ley General de Comunicación Social , el cual dispone que se debe poner a disposición del público, en los respectivos sitios de internet, la información sobre los montos destinados a gastos de Campañas de Comunicación Social desglosada por tipo de medio, proveedores, número de contrato y concepto o campaña. Lo cual no ha ocurrido para la propaganda contratada para el primer informe. Dejo el link de la página de Presidencia y del gobierno de la República: https://www.gob.mx/presidencia/
Hoy es un arte comunicar en tiempos de la 4T.
Abogado en temas de comunicación política. Funcionario del Instituto Nacional Electoral.
@abgiovas
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