La semana pasada la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México publicó la convocatoria para elegir al nuevo Rector. Con ello se abrió el proceso de selección para quien ocupará el cargo de 2019 a 2023.
Quien resulte electo estará al frente de más de 350 mil alumnos, más de 41 mil académicos, 15 facultades, cinco unidades multidisciplinarias, nueve escuelas nacionales, nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria, cinco planteles del CCH, 34 Institutos, 14 centros y 12 programas universitarios. Ni hablar de los millones que hemos egresado de sus aulas ¡De ese tamaño es su importancia!
La Junta de Gobierno es el órgano encargado de nombrar, remover por causa grave y conocer de la renuncia del Rector. Son 15 los miembros de dicho órgano, nombrados por el Consejo Universitario de manera escalonada. Anualmente es suplido el miembro con mayor antigüedad. Si alguien alcanza los setenta años es sustituido. Una costumbre universitaria es que sean designados académicos de diferentes áreas del conocimiento, no necesariamente egresados o profesores. Además, quien deje el cargo no puede ser electo Rector si no han transcurrido dos años de su separación.

El Rector es el jefe nato de la Universidad, representante legal y Presidente del Consejo Universitario. Para ocupar el cargo se requiere ser mexicano por nacimiento, mayor de 35 y menor de 70 años, poseer un grado superior al de bachiller, contar por lo menos con 10 años de servicios docentes o de investigación en la Universidad, haberse distinguido en su especialidad y ser persona honorable y prudente.
¿Cuál es el procedimiento?
El proceso comienza por la publicación de la convocatoria. La Junta recibe a los miembros de la comunidad universitaria para conocer sus preferencias. Una vez auscultada la opinión de los universitarios, la Junta pide a los académicos que hayan sido mencionados por la comunidad, y que ella misma considere, un proyecto para dirigir la universidad (Zepeda, 2015).
La Junta dará a conocer los nombres de las personas que, a su juicio, cumplan de mejor manera con los requisitos establecidos y procederá a las entrevistas respectivas. Una vez integrada la lista de las personas que serán entrevistadas, se solicitará a los medios de comunicación universitarios (radio y TV) otorguen espacios a los aspirantes para presentar sus programas de trabajo –sí, campañas electorales.
Después, son llamados a comparecer ante la Junta y pasan a la deliberación. Se vota en secreto hasta que algún candidato alcance más de diez votos –mayoría calificada. El designado desempeñará su cargo por cuatro años y podrá ser reelecto una sola vez. Tan de moda la reelección.
Este procedimiento de selección tiene asegunes importantes. Uno de ellos está en que no se incluye a toda la comunidad universitaria. No es un voto universal. Si bien, se le convoca a la comunidad a que exprese libremente ante la Junta los nombres de las personas que considere idóneas, no pueden participar directamente en la elección. No votan.
Al momento son tres los aspirantes a este cargo. Todos de buena trayectoria, universitarios comprometidos con la UNAM. Cualquiera que resulte electo lo hará bien. Sin embargo, una de las razones de ser de la Junta de Gobierno es elegir al mejor de ellos. Para eso está.
El designado o designada tendrá retos importantes. Tendremos que fijarnos en su postura ante temas importantes como la eliminación de los exámenes de admisión, los recortes presupuestales –por supuesta austeridad–, la no injerencia del gobierno y, sobre todo, el respeto a la autonomía universitaria y la seguridad de las instalaciones y del alumnado.
Que vengan tiempos mejores para la máxima casa de estudios del país.
¡México, Pumas, Universidad!
Abogado en temas de comunicación política. Funcionario del Instituto Nacional Electoral.@abgiovas