Concepto más que acertado con relación a los clubes de la que participan en un torneo internacional, el que ayer se atrevió a declarar el jugador argentino Guido Pizarro. El mediocampista de los Tigres , que el viernes irán a Qatar para disputar el Mundial de Clubes, fue puntual, certero, sin dejarse llevar por el patrioterismo barato, ni por el discurso simplón que suelen cargar, como si se tratara de una batalla entre países.

“Nosotros representamos a nuestra gente, que es la que nos apoya y a una región, al ganar la Concachampions. Representamos a una institución que viene haciendo las cosas muy bien y ojalá que la dejemos en lo más alto posible”, fueron las contundentes declaraciones del futbolista, y no podía explicarlo mejor.

Cuando un equipo de la Liga mexicana clasifica a un torneo internacional como este Mundial de Clubes o de Concacaf y antes en la Copa Libertadores o Copa Sudamericana, no se prepara ni trabaja pensando en que jugará por México.

Los Tigres jugarán por Tigres, por Sinergia Deportiva y por la Universidad Autónoma de Nuevo León, por sus aficionados, no más. Ni son el representante que todo México quisiera tener en esa competencia y para rivales acérrimos, como Rayados de Monterrey, no sería nada agradable que llegaran a trascender mucho más que ellos en sus cinco pasadas participaciones.

Y no es tan complicado de entender, aunque quieran vender que representan a los intereses del país o de todo su futbol. Tan fácil como preguntarle a quienes defienden esta teoría de que representan a México, si pensaban que León, Cruz Azul, América y los mismos Tigres representaban los intereses del futbol mexicano en el torneo de Concacaf. Por supuesto que no, y ahora van en busca del título para sumar logros a su institución como grupo, y en lo particular a su palmarés como futbolistas.

El futbol mexicano no tendrá un crecimiento mayor o menor por cómo le vaya a los universitarios en Qatar, como tampoco lo ha tenido cuando fueron América, Monterrey, Guadalajara, Atlante o Pachuca. Con el único equipo que el país puede sentirse representado, por supuesto, es con la Selección Nacional, y todavía ahí se puede decir que, con sus triunfos y ganancias económicas, el beneficio es para la Federación Mexicana de Futbol, no para la nación.

En fin, si como Pizarro piensan el resto de los integrantes de los Tigres, han dado un importante paso en busca de la trascendencia que no ha tenido ninguna otra INSTITUCIÓN, así con mayúsculas, de la Liga MX. Y que no nos vendan el cuento de que acceder a uno de los primeros lugares de ese Mundial de Clubes hará mejor al futbol mexicano, cuando eso tendría que buscarse de otra manera, con innovaciones para el desarrollo, mejoras al sistema de competencia y muchas otras cosas que deberían buscarse, no cargándole el muerto a un solo equipo.

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