Suman 38 casos de en el futbol mexicano, contando jugadores y directivos. Hace unos días, la Comisión de Lucha Libre de la Ciudad de México informó que —al menos— 30 luchadores, en activo y retirados, habían fallecido entre mayo y junio, resaltando que el 90% fueron derivados del contagio de este virus.

Ayer, se conoció la lamentable pérdida de Reinaldo Salazar, entrenador de taekwondo, padre de los medallistas olímpicos Iridia y Óscar; primer equipo, por cierto, integrado por padre e hijos que ganaron en JJOO. La razón: Covid-19 . Ingresó al hospital ambulatorio del Autódromo Hermanos Rodríguez, de donde nunca pudo recuperase del maldito virus. A los 65 años, dejó de existir.

La lista, en el deporte, la podemos ampliar. Muchos, afortunadamente, han sido asintomáticos, pero la realidad es que se sigue viviendo un peligro poco calculado. Solamente en México, las muertes oficialmente reportadas en la última semana han sido de cuatro mil 684, algo que debe preocupar al Gobierno , pero también a las autoridades deportivas.

Hay confusión. En España, el presidente Pedro Sánchez informó que ya salieron del estado de alarma en el que estaban sumergidos desde el 13 de marzo. Por eso, regresó el futbol, por eso hay partidos, lo que no quiere decir que así estemos en este lado del mundo.

Claro que todas las Ligas deportivas, incluido el futbol mexicano, están tratando —con perseverancia— de regresar, pero no debe ser precipitado. Por más pérdidas que se hayan tenido en las arcas, no se puede jugar con la salud de nadie.

A pesar del aumento de casos de Covid-19, inventan mini torneos de pretemporada que únicamente aumentan el riesgo. No pasa nada con regresar cuando las autoridades consideren necesario; antes, es solamente una terquedad.

 

En Estados Unidos pasa lo mismo. Hay críticas extremadamente profundas de medios de comunicación serios, como LA Times, que han dedicado editoriales a los dirigentes deportivos, cuestionando que no van a parar en el intento hasta que alguien muera; sí, alguien involucrado en estos precipitados regresos.

En ese país, al igual que en México, en una semana aumentaron en 20 estados los casos de Covid-19, pero el regreso del deporte se mantuvo. Ya se ve golf en la televisión, NASCAR, UFC y pronto se verán MLS y NBA.

Claro que hay demasiado dinero en juego, nadie quiere perder. Por ejemplo, la NBA empezará a finales de julio en Orlando, en la llamada “burbuja” diseñada en Disney World, para que no haya problemas, pero —viendo datos oficiales— el aumento en el condado Orange, donde está ubicado el Wide World of Sports, fue del 15% en la última semana. Es decir, riesgo hay.

Por eso, una pretemporada en CU y en el Akron, solamente es poner en riesgo a los jugadores, algo mucho más trascendente que no poderse esperar al 24 de julio, fecha oficial del arranque de la Liga MX.

Y si argumentan falta de ritmo, sólo que volteen a ver la Liga de España, en la que las quejas son otras, entre arbitrajes deficientes y protestas censuradas por la Liga, pero de nivel, lo mismo que se vio antes del parón.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

Google News

TEMAS RELACIONADOS