Pierden toda credibilidad al no aplicar sus propias reglas. Para qué redactan, aprueban y diseñan reglamentos, si se los pasan por el “arco del triunfo”. Es el día a día en el futbol mexicano: hacen el ridículo y no les importa, pierden el honor y les importa dos reverendos pepinos. Los reglamentos en el futbol nacional sirven para maldita la cosa.

La Federación Mexicana de Futbol, encabezada por Yon de Luisa, y la Liga MX , por Enrique Bonilla , salieron a una conferencia de prensa conjunta el 20 de septiembre para informar las medidas a seguir en caso de reincidencia del grito “¡eeeh puto!” en los estadios. Medidas drásticas que pueden costar hasta pérdida de unidades a la Selección Nacional en eliminatoria y la categoría a equipos de Primera División. Ahí sí, mano dura, campaña y convencimiento a todos para erradicarlo, y con toda razón.

No hay distinción entre lo que grita la gente en las tribunas a lo que le dijo, enfurecido, Miguel Herrera al árbitro Marco Antonio Ortiz; incluso, debería ser más grave decirle PUTO a la autoridad y maricones a los periodistas. Tiene más connotación discriminatoria y es una vulgaridad, un pésimo ejemplo para jóvenes y niños. No se dan cuenta en la Comisión Disciplinaria que su labor es tratar de defender los valores de la decencia, los reglamentos, algo de lo que está muy lejano su blandengue y manipulada decisión de castigar solamente con tres partidos, cuando el reglamento establece que deben ser cinco, mínimo.

En el Reglamento de Sanciones se es claro. La edición 2019-20 establece en el Apéndice III, dedicado a Racismo y Discriminación: “Artículo 2: El que cometa una infracción por racismo o discriminación será suspendido por un mínimo de cinco partidos en todas las categorías”.

Incluso, en el Artículo 6 se estipula algo que afectaría hasta al América : “Si los jugadores, los integrantes del cuerpo técnico, los oficiales, los clubes o los espectadores observan un comportamiento que sea de alguna forma racista o que denigre al ser humano, conforme a lo estipulado en el artículo 1 del presente Apéndice, se descontarán automáticamente, en el caso de la primera infracción, tres puntos al equipo del que se trate, siempre que pueda identificarse fehacientemente al infractor. Los tres puntos se reflejarán en la tabla general de clasificación, de Grupo y la de cociente”.

Es decir, se hicieron de la vista gorda. La Comisión Disciplinaria es una farsa o, bien, para ellos decirle puto a una persona no es lo mismo que para la FIFA cuando el público de sus estadios le grita lo mismo a los porteros. Patético y hasta inmoral.

Herrera se debe estar pitorreando del futbol mexicano. Parece el dueño. Puede insultar en las conferencias de prensa a quien se le pegue la gana, le puede decir homosexual a un silbante, puede estallar, gritar y encarar a periodistas, y no pasa nada. Ya le había costado el puesto de seleccionador nacional por ese ataque de ira contra Christian Martinoli, a quien agredió en el aeropuerto de Filadelfia. No aprendió nada, la diferencia es que en la Liga MX sí hace lo que se le pega la gana, sin consecuencias.

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