Miguel Herrera

debe tener bien claro que la extensión de contrato que hizo con no solamente es un beneficio para él y su cuerpo técnico, a quienes blindó en la época más compleja de las finanzas en el futbol mexicano.

Con la firma de ese nuevo convenio, Miguel se echó un tremendo compromiso: ganar la mayor cantidad de títulos posible en ese lapso. Cualquier cosa distinta sería irrelevante e inaceptable, ya que —por más años firmados— si no hay títulos, éxitos deportivos, en cualquier momento lo echan.

De los ocho torneos que firmó, si es que los cumple todos, ¿cuántos tendría que ganar? Para las exigencias de este equipo, que a —diferencia de los otros populares— sí es ganador, debería entregar mínimo tres o cuatro títulos de Liga.

Solamente así se entendería que cumpla con un contrato multianual de este calibre. Pero sí es el técnico ideal para un equipo en el que hay amor u odio, no tintas medias, ni estupideces como la de que puede jugar bien, pero no ganar.

TÍTULOS, eso es lo que debe conseguir Miguel y ya —de entrada— en este Apertura 2020 , para calmar a aquellos que no lo quieren ver más en el equipo, que lo insultan en redes sociales y lo tachan de un perdedor que tuvo mucha suerte con el gol de Moisés Muñoz en la final del Clausura 2013.

Además, para ser más claros, aquel balón no iba para la portería y ese campeonato no puede resumirse solamente con esa jugada.

Motivos para una salida anticipada, pese a los éxitos deportivos, solamente hay en dos casos: Si existiera una oferta para dirigir fuera de México o si le regresaran la responsabilidad de sentarse de nueva cuenta en el banquillo de la Selección Nacional.

No sería extraño que, por la buena relación que lleva con Yon de Luisa, en cualquier bache en el camino de Gerardo Martino sea la primera opción, o —bien— para sustituirlo después de Qatar. Eso sólo lo dirán el tiempo y los éxitos deportivos con América.

Miguel se sentó en un barril de pólvora al firmar este nuevo contrato. Sus detractores estarán al pendiente de cualquier error, para crucificarlo y pedir su salida.

Ese es el juego al que entró este hombre, quien tiene en sus manos no convertirse en el Ferguson del América ni esas estupideces, sino ser un histórico —con su nombre y apellido— como el más ganador en la historia de este club... Y con Ligas.

 

Así que, antes de pensar en dirigir en España, Inglaterra, Francia, Turquía o Andorra, que se meta en la cabeza que con el único que debe cumplir, soñar, imaginarse o como maldita sea que quieran decirle, es con ganar el título del Apertura 2020 , y después los que le siguen en este contrato; si no lo hace así, podría firmar hasta el 2050, pero una mala racha o la falta de resultados lo dejarán fuera del equipo.

Ojalá, su cuerpo técnico también lo entienda y lo respalde. Porque así como él los ha respaldado al darles trabajo a sus más cercanos, ellos deben hacerle ver que su prioridad sigue siendo dirigir bien al América y hacerlo campeón, que no le calienten la cabeza con que se puede ir a Europa, antes de ser uno de los mejores de nuestro país.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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