El Comité Olímpico Internacional se está burlando del mundo. Simplemente, sigue con sus tiempos y formas, tal como lo estableció desde un principio, cuando inició la crisis mundial por el Covid-19. Ayer trascendió que, en cuatro semanas, tomaría la decisión final si se aplazan o no los Juegos de Tokio 2020, algo que —desde hace semanas— ya se sabía, cuando Dick Pound, vicepresidente del COI, dijo claramente que la decisión final se tomaría en mayo.

La presión del Comité Olímpico de Estados Unidos , lo único que logró es que se retrasara una semana el anuncio de si Tokio se inaugurará el 24 de julio o no, así de simple. Pero sí es notorio que Estados Unidos hace todo para moverlos pues no le conviene a dos de sus principales deportes, la natación y el atletismo —esos que le dan por ahí del 49% de las medallas que gana en Olímpicos—, lleguen con sus atletas en desventaja, con relación a los rivales. Es que la curva de rendimiento no será la misma y, de celebrarse en Tokio los Juegos como están programados, seguramente veremos el peor nivel competitivo de la historia.

Los Juegos se han cancelado solamente tres veces. En 1916, cuando Berlín era sede, no se pudieron realizar por la Primera Guerra Mundial. En 1940 y 1944, cuando Helsinki y Londres, respectivamente, eran los organizadores, tampoco se pudo por la Segunda Guerra Mundial .

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El olimpismo ha sobrevivido a todo, menos a las guerras. En 1908, con al erupción del Volcán Vesubio, la organización fue reasignada de Roma a Londres, mientras que Italia reconstruía Nápoles. La “Gran Depresión” de Estados Unidos no evitó que Los Ángeles organizara los Olímpicos en 1932. En 1972, después de la matanza a 11 miembros del equipo israelí y un policía alemán, sólo se suspendieron los Juegos de Munich por un lapso de 24 horas.

Curiosamente, sólo una ciudad ha renunciado a ser sede de los Olímpicos, aunque fue para los de Invierno. Después de haber sido elegida como tal, lo hizo Denver —que era sede para 1976—, pero se retiró cuatro años antes debido a manifestaciones locales por preocupaciones ambientales y fue cuando el COI asignó a Innsbruck en su lugar.

Pero todo lo anterior no enseña la desgracia de los Olímpicos cada 40 años. En 1940, la sede era Tokio, pero —por la Segunda Guerra Mundial y la invasión a China en 1937— se los quitaron y los reasignaron a Helsinki ; obvio, se cancelaron por la Guerra. 40 años después, en 1980, se vivió un terrible boicot contra la Unión Soviética manifestado en Moscú 1980. Hoy, 40 años después de esto, vuelve una tragedia, la del Covid-19 .

Si en el COI tienen sentido común, más allá de que para julio esperemos no siga esta crisis, no hay las condiciones para —deportivamente— ver unos Juegos exitosos.

Más de 12 mil millones de dólares ha gastado el Comité Organzador Local, más los apoyos gubernamentales en infraestructura. Por eso, cancelarlos es imposible; reprogramarlos es lo sensato.

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