La postergación de la junta en la que se determinará la cancelación del simplemente parece más un absurdo intento para alargar las horas de incertidumbre que ya de por sí hay con esta pandemia.

De alguna manera, los pocos equipos que intentan desesperadamente que se reanude el torneo, sin importar los riesgos que esto pueda traer, convencieron a la Liga para tener cuando menos un par de días más, en los que puedan preparar y presentar el proyecto con el que, según ellos, será viable terminar un torneo sin afectar el otro.

Pero la cuestión del acomodo de los calendarios no es lo único que deberán planear de manera quirúrgica si es que quieren revertir la decisión, tendrán que poner sobre la mesa los argumentos suficientes para dejar a la mayoría satisfechos y con la certeza de que su proyecto es viable, aunque esto, de inicio, parece complicado.

Se habla de que el Guadalajara , que es uno de los más interesados en seguir con el Clausura, ha puesto a trabajar a todos sus elementos de planeación y estrategia —incluido Ricardo Peláez—, para la realización de este plan, en el que retomarán la idea de llevarse los siete partidos que restan de la fase regular del torneo y los de la Liguilla, a algunas sedes, como Guadalajara (estadio Jalisco), Zapopan (estadio Akron) y Aguascalientes (estadio Victoria).

 

El debate seguirá siendo el mismo y solamente estaremos dando vueltas, como perros persiguiéndose la cola. No se puede pensar en regresar al fubtol cuando muchas otras actividades no se han reactivado, no se puede exponer a los futbolistas a una carga que pudiera perjudicar más que ayudar, y no se puede pensar en rescatar el Clausura 2020 a costa de poner en riesgo el siguiente torneo, el Apertura, que podría empezar con fuerza y no con futbolistas cansados, lesionados y fastidiados.

Aquellos que están desesperados por jugar, lo que se podría hacer en julio, deben entender que con siete jornadas restantes y la Liguilla serían demasiados partidos en pocos días y da la impresión de que la salud de los futbolistas no importa.

Por supuesto que debe ser frustrante para aquellos equipos que invirtieron grandes cantidades de dinero para volver a ser protagonistas en este torneo, el tener que aceptar que toda esa planeación, esfuerzo y resultados alcanzados no sirvieron de nada.

Pero también pueden plantear mejor lo que pueden hacer para el siguiente torneo, sin la necesidad de estirar una cuerda que se les puede romper entre las manos. Además, sería muy complicado que equipos como el América quieran jugar sus partidos de local fuera del Estadio Azteca.

No es tan fácil llevarse todo el futbol a un par de sedes; de entrada la logística, que implicaría otros gastos para los equipos ya de por sí perjudicados económicamente; pero también está el tema político.

¿Qué gobierno estatal querrá echarse el “problema” de tener a cientos de futbolistas en sus entidades, cuando debe atender otro tipo de cuestiones?

Alargar el tiempo en el que se tomará una de las decisiones más importantes en la historia del futbol mexicano parece un intento desesperado, y que sobre todo, no va con estos tiempos en los que lo más importante es que se solucionen los problemas de salud.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.m

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