Desde principios de este siglo, la (UEFA) ha implementado diversas campañas en contra del racismo. Ya sea en medios de comunicación tradicionales, durante las transmisiones de los partidos de la Champions y la Europa League, y —por supuesto— a través de redes sociales, ha intentado erradicar este mal que se ha presentado de las tribunas a la cancha y entre los mismos futbolistas... Y ha fracasado rotundamente.

Lo que sucedió en el partido entre el Paris Saint-Germain y el Istanbul Basaksehir es el más duro ejemplo. No habían pasado ni 15 minutos cuando los futbolistas de ambos equipos decidieron no seguir jugando, luego de que el cuarto árbitro, el rumano Sebastian Coltescu, lanzó un insulto racista al camerunés Pierre Webó, asistente técnico del cuadro turco. Esto, claro, provocó una fúrica reacción en los jugadores, incluso los del PSG, como Neymar y Kylian Mbappé. “Negro”, fue la palabra que lanzó sobre el camerunés.

Lo más preocupante, y que debe resolver rápidamente la UEFA, es que este insulto vino de la autoridad. Tremendo fracaso, cuando uno de sus silbantes es culpable de este tipo de acciones, que tanto han querido erradicar. Fue uno de los peores momentos que se han vivido en la historia de la Champions League; se manchó Europa, se fue al caño, porque —además— sin gente en las tribunas no hay espacio para la confusión, y SÍ, FUE EL CUARTO ÁRBITRO.

Y que no vengan con el tema burocrático de que tienen que esperar a la investigación, porque las imágenes y sonidos que fueron mostrados por la televisión (y que se escucharon mejor al no haber público en el estadio) son muy claros. Se puede observar y oír perfectamente cómo Coltescu se dirige al árbitro central para que expulsara a Webó:

“Hay que mostrársela [la tarjeta roja] al negro... verifica, es el negro que está ahí”, fue lo que dijo Coltescu, al referirse a Webó, quien de inmediato respondió con enorme coraje al insulto.

“¿Por qué dices negro?”, preguntó, en un par de ocasiones, el exfutbolista camerunés, directamente al cuarto oficial, mientras los futbolistas de ambos equipos comenzaban a sumarse a la protesta y el técnico del Basaksehir, Okan Buruk, señalaba al agresor.

Sin duda que este organismo debe tomar acciones inmediatas para no perder credibilidad, que de por sí hoy en día está más que debilitada. Porque tanto ha trabajado de la mano de la red Futbol Contra el Racismo en Europa (FARE) y parece que no ha avanzado nada. Y aunque ningún episodio de racismo es menor a otro, lo de ayer ha sido la gota que derramó el vaso y que ha dejado atrás los plátanos lanzados a Dani Alves en Villarreal, cuando jugaba en el Barcelona, o las terribles acciones de los aficionados albaneses e italianos contra sus rivales. Esto lo ha superado, porque se trata de la autoridad, de quien debe cuidar el orden y dar justicia en un terreno de juego.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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