Esta frase representa todo: “Los títulos hablan y los números son claros, América ha sido, es y seguirá siendo, por mucho, el equipo más grande de México”. Palabras de Ricardo Peláez en la celebración del Centenario del América. Hoy es el nuevo director deportivo de Chivas . Todo sea por protagonismo, aunque los valores se olviden.

Ricardo Peláez es un especialista en medios de comunicación. Desde sus primeras etapas como directivo, en la Selección Nacional, tuvo la gran idea de filtrar información a algunos periodistas, con dos objetivos: tenerlos de su lado y fomentar la buena prensa a su favor. Nadie puede dudar de su capacidad, pero también se debe hacer una profunda reflexión: no hay en el futbol un directivo que pase por los tres rivales más antagónicos de una Liga, como lo está haciendo él. Claro, no se debe juzgar el trabajar en un lado u otro, pero en el futbol hay valores entendidos que parecen olvidados por la necesidad de seguir en el escenario.

En Selección Nacional, estuvo en dos etapas como directivo, sin pena ni gloria. En la primera (2001), siendo colaborador de Alejandro Burillo, cuando el Güero tenía el control de una estación de radio, y —al escucharlo—, fue tal su discurso que lo embelesó y le entregó la Selección Nacional como director deportivo. El resultado: eliminados contra Estados Unidos en octavos de final, en el más vergonzoso episodio de la historia del Tricolor. Su segunda etapa llegó con Miguel Herrera y ese dramático título —con América— contra Cruz Azul. Ahí también fracasaron.

En el América, no trabajaba solo ni autónomo. Los éxitos fueron coordinados por un cuerpo directivo que muchas ocasiones cuestionó sus ideas. Yon de Luisa, Mauricio Culebro, José Romano —junto con el propio Ricardo— hicieron la reingeniería del club. Es una mentira que fue el artífice único de los triunfos.

Y así como ganó títulos, también llevó jugadores insignificantes en la historia reciente del América. José Madueña, el Churpias Moreno, Oswaldo Vizcarrondo, Cristian Pellerano, fueron su responsabilidad, como también en Cruz Azul Stephen Eustáquio, la salida de Marcone y la contratación de Pol Fernández. No tiene una varita mágica y ha tenido reveses.

En Chivas, tiene una enorme limitante: no solamente el presupuesto, sino que tiene que ir por mexicanos. Su lista puede ser encabezada por algunos que tuvo en Cruz Azul: Elías Hernández, Jesús Corona, Roberto Alvarado ; claro que le pasará por la cabeza llevar a Jesús Angulo y Cristian Calderón, pero la realidad es que Chivas no necesita directivos, necesita a los mejores futbolistas mexicanos y esos parecen inalcanzables para una directiva que no quiere pagar altos costos. No porque llegue Ricardo Peláez, de la mano del promotor Eduardo Hernández, bajarán los precios de los futbolistas.

Chivas necesita orden, un directivo que conozca el entorno y entregue resultados en corto tiempo. Son cinco torneos sin Liguilla, la afición no tiene tanta paciencia para decirles que van a iniciar un proyecto a largo plazo, quieren triunfos ya, futbolistas consagrados ya.

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