Raúl Jiménez

es el titular indiscutible de la Selección Mexicana, está por encima de Javier Hernández y cualquier otro delantero. Es el prototipo del delantero moderno, por algo juega en la Liga más importante y espectacular del planeta. El futbolista de los Wolves es rápido, inteligente, habilidoso, potente, solidario. Joya del futbol nacional.

Mientras Jiménez brilla, Hernández busca salir de la oscuridad. Javier vive una etapa de reconstrucción. Ya marcó dos goles en la Europa League con el Sevilla, gana —de a poco— minutos, pero su rol no es protagónico. Antes que Chicharito están De Jong, el delantero estrella del cuadro sevillano, y Nolito.

Es evidente el descuido que tuvo el tapatío en su carrera y el deporte de alto rendimiento no perdona.

Jiménez

goza de toda la confianza de Gerardo Martino . En reiteradas ocasiones, el Tata ha ratificado que el atacante principal es Raúl y Hernández debe competir para ganarse un lugar. Hace unos meses, era imposible imaginar a Chicharito como suplente, líder de esos grupúsculos que se arman para enrarecer el ambiente interno, pero esa será otra historia. Eso sí, nadie le quita su marca de máximo goleador de la Selección Mexicana.

La historia actual dicta que no hay comparación. Raúl es un hombre comprometido, tranquilo, trabajador; el compromiso de Javier es mitad futbol y mitad show. Lo único cierto es que Jiménez no debe confiarse, porque Hernández , si se decide, tiene potencial para meterle un susto. Besos y abrazos para todos.

@elmagazo

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