Con el boleto a Qatar en la bolsa, México estará de nueva cuenta en una Copa del Mundo. La Selección Nacional es infaltable desde hace 32 años. No es protagonista, pero compite y ocupa su lugar entre los 16 equipos que avanzan a los octavos de final. Siempre ocurre lo mismo: el error del técnico o la mala ejecución impiden el salto de calidad al famoso quinto partido. Entre que se quedan con los cambios, se pone a un jugador en otra posición, el futbolista pierde la cabeza, hay rotaciones, se modifica sorpresivamente la estrategia... Cada proceso mundialista tiene su carga de esperanza y termina en decepción. ¿Qué nos hace pensar que será distinto?
No hay nada en este momento que nos diga que la historia en el Mundial de Oriente Medio tendrá otro desenlace. La Selección Mexicana juega mal y, por eso, hasta se pone en duda que avance de la primera fase. No le han alcanzado tres años de trabajo al entrenador para tener un equipo a punto. Se escuda Martino en la pandemia, pero sucedió para todas las selecciones; no vayamos muy lejos, Canadá y Estados Unidos sufrieron las inclemencias y su nivel está por encima. Cuesta mucho trabajo entender la manera en que se le cayó el equipo al entrenador argentino. Quién sabe si le alcancen estos meses para recuperarlo y montar algo decente.
La preparación al Mundial de Qatar debe ser precisa, sólida, inteligente. Los dueños deben darle prioridad a la Selección si desean que no se haga un ridículo. Necesitan Yon de Luisa, Gerardo Torrado y compañía presentar un plan, en el cual vengan microciclos de entrenamiento, partidos amistosos con rivales importantes, encuentros con selecciones a las que se enfrentarán después de conocer el sorteo, concentraciones donde se garantice un real y auténtico trabajo del entrenador. Requieren también los dirigentes entablar buenas relaciones con los clubes europeos para que se permita a los jugadores estar lo antes posible con el equipo en esa concentración que, seguramente, se tendrá un mes antes del arranque de la competencia.
Clasificado oficialmente y, si mañana diera inicio la Copa del Mundo en Qatar, México tendría una participación vergonzosa. Iría de paseo, su futbol únicamente le alcanzaría para estar en el grupo de los participantes; tres partidos y de regreso a casa, humillados y —como se dice— “con la cola entre las patas”. Vienen meses fundamentales para la Selección Nacional, los “hombres de Martino” y el propio entrenador deben aprovecharlos al máximo; están advertidos, nadie quiere ver una piltrafa y despojo de equipo.
@elmagazo






