Desastre es lo menos que se puede decir de nuestros queridos en los juegos de pretemporada que se inventaron en los estadios de CU y Guadalajara.

Me molesta ver un equipo tan mediocre, tan falto de actitud y que no ofrece emociones. No entiendo cómo los jóvenes no aprovechan la vitrina de la televisión nacional para mostrar su potencial, salvo que no lo tengan.

Los chamacos universitarios han decepcionado, no están para el primer equipo y eso duele, lastima la esperanza de los que creemos que el futuro del equipo está en las fuerzas básicas.

Lo visto en los partidos no hace más que cuestionar —por enésima vez— el trabajo de las categorías inferiores, el escaso interés por rescatar una parte fundamental que encumbró a la institución. La esencia auriazul está extraviada.

Vi miedo entre los muchachos, pánico escénico —y eso que no había gente en las gradas—, una incapacidad para competir preocupante. Las dudas que se siembran en el campo le quitan valor y credibilidad a la cantera.

No hacen más que obviar que no llegan los mejores, llegan los que cubren la cuota y eso, créanme, es intolerable.

Hace mucho tiempo que no sale de la cantera un jugador importante, con nivel de exportación. Nos hemos tenido que conformar con futbolistas medianos que no explotan en el club —ni en otro— y son vendidos pronto para conseguir dinero que ajuste el pago de algún mexicano o extranjero que trate de llenar los huecos del equipo, porque no hay calidad en las inferiores.

¿Por qué hemos llegado a este extremo?, ¿quién es el culpable de los vacíos en la cantera?, ¿en qué momento el negocio aplastó lo deportivo?, ¿los encargados de las fuerzas básicas son los idóneos para desempeñar ese trabajo?, ¿son adecuadas las visorías para detectar talento?, ¿acaso la dirección de inteligencia deportiva cuenta con las suficientes herramientas?

Me duelen, queridos Pumas . Recuperar terreno llevará muchos años, pero hay que comenzar. Urge la reingeniería de la cantera, necesitan volver a las bases. Los nuevos dirigentes deben voltear a lo bueno que se hizo en años pasados, porque —hoy— la cantera es un hazmerreír. Besos y abrazos para todos.

@elmagazo

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