Lo que parecía un novedoso modelo para el , terminó como una de tantas anécdotas que suceden en el deporte.

El desafiante proyecto de 12 de los equipos más poderosos del planeta no prosperó, por lo que muchos consideran avaricia. El dinero mueve montañas, dicen; puede ser, pero no a la FIFA .

Ni esos 12 clubes fueron capaces de romper el monopolio de la Federación Internacional . La rebelión fue apagada de inmediato. Crueles amenazas fueron difundidas para apagar el fuego de la bomba que cimbró al mundo del balompié. La FIFA y sus comparsas no iban a permitir la repartición del dinero sólo entre unos cuantos.

El lema de “los ricos se quieren hacer más ricos y los pobres iban a quedarse más pobres”, destruyó la iniciativa. Por cierto, fueron unos cobardes el Manchester City y el Chelsea por huir cuando ya habían firmado el acuerdo. Lástima, hubiera sido bueno probar esta Superliga europea.

Después de este intento de revolución, en el que —sin duda— había mucha plata de por medio, cuesta mucho trabajo entender los cambios. No todos están de acuerdo en éstos, les molestan, no los quieren, prefieren continuar bajo los mismos anquilosados esquemas y buscan, a toda costa, evitar cosas nuevas.

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El último estirón de la Liga MX . Ocho equipos aún buscan entrar, por lo menos, a la mediocre reclasificación para salvar su temporada. Está de más cuestionar la absurda decisión de meter a 12 clubes para buscar el título, porque ya se dijo que este esquema seguirá el próximo año.

Los infames torneos de Chivas, Pumas, Tijuana y Pachuca no importan, tienen todavía la esperanza de alcanzar un miserable duodécimo lugar.

Y en lo que toca al vergonzoso pago por ser los peores del cociente y librar el descenso (porque así también se privilegia a los equipos en el reglamento), San Luis, Atlas y Juárez ya deben estar contando los billetes.

El camino de México en los Olímpicos de Tokio . México conoce ya a sus rivales de grupo en los próximos Juegos de verano. La Selección Nacional necesita demostrar que tiene la calidad suficiente para avanzar, por lo menos a la siguiente ronda.

No hay un solo pretexto para quedarse fuera después de los primeros tres partidos. Hay tiempo suficiente para prepararse y dejar una buena imagen. Pedir la medalla de oro es muy atrevido, pero estar en el podio sería una exigencia del propio equipo para no regresar deprimidos. Urge conocer a los tres refuerzos.

@elmagazo

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