439 colegas comunicaron al INE su intención de reelegirse en la Cámara de Diputados. No soy una de ellos.

Empecé a trabajar en la vida política de México hace casi 27 años cuando la democracia era incipiente. Hace 21 años mi nombre apareció por primera vez en una boleta resultando electa a la Cámara de Diputados.

Desde entonces he tenido el honor y la responsabilidad de ser Diputada Federal en tres ocasiones, Diputada a la Asamblea Legislativa y a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, Senadora de la República y Jefa Delegacional. Alcancé la tribuna más alta a la que puede aspirar un legislador en el mundo y presidí la Unión Interparlamentaria (UIP) siendo apenas la segunda mujer y la persona más joven en este cargo en los 131 años de la organización.

Estos logros se alcanzan trabajando en equipo y contando con el apoyo de la gente que confió en mí y votó por las propuestas políticas que me postularon. Agradezco al PAN por lo que logramos durante más de dos décadas.

Mi inspiración siempre ha sido construir un México mejor y entregar resultados a mi comunidad. Como Presidenta de la UIP mantuve ese compromiso: traducir los acuerdos globales en realidades locales. Agradezco con todo el corazón a los vecinos de la Miguel Hidalgo por los 27 años que hemos caminado juntos.

Durante estos años he luchado por la democracia y los derechos humanos, he diseñado políticas y presupuestos priorizando a la gente que más los necesita, defiendo la presencia de las mujeres y jóvenes en los parlamentos, promuevo los cambios urgentes para frenar el cambio climático y la construcción de economías justas.

Quiero agradecer a los ciudadanos que votaron por el Presidente López Obrador y por quienes apoyamos su propuesta de cambio. Andrés Manuel tuvo la capacidad de crear un movimiento donde la pluralidad se uniera por los ideales de cambio. Le agradezco al Presidente la invitación a formar parte del movimiento que sueña con transformar a México.

Seguiré trabajando como diputada federal hasta el 31 de agosto que concluye la legislatura. Estos meses, además de continuar entregando resultados, serán un periodo para reflexionar y analizar opciones y oportunidades. El mundo, y por supuesto México, experimentan enormes cambios. La pandemia, cambios profundos en las comunicaciones y la digitalización, desaceleración económica, entre otros, impactan también a la política y el servicio público.

Ayer observábamos al Congreso Estadounidense, y si bien eran escenas difíciles de imaginar, son manifestaciones de una crisis de representación muy seria que están viviendo las democracias modernas. Nuestras sociedades son complejas, la gente espera nuevas formas de representación para ser incluida, nuevos procesos de decisión que gocen de más legitimidad. A través de la UIP pude ver las nuevas tendencias y problemas que hay en el mundo. Los retos en salud, grupos sociales que emergen demandando justicia, la crisis de confianza pública, la urgencia de salvar al planeta y la necesidad de construir un nuevo modelo económico incluyente y sostenible.

No buscaré reelegirme, no por falta de vocación sino por exceso de inquietudes; este será un tiempo de tomar aire y perspectiva, de repensar la representación política y las formas para construir una vida pública incluyente que fortalezca nuestras democracias, de seguir sirviendo a la gente desde otros espacios, de utilizar lo aprendido para proyectar más a México en el mundo. La política nos enseña a amar y servir a la gente, esa vocación siempre me acompañará.

Diputada federal

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