En marzo de 2020 la actividad económica mundial sufrió una caída abrupta que se prolongó hasta el final del año. Ahora hay signos de que la economía mundial está en una fase de recuperación. Al primer trimestre de 2021, la economía de Estados Unidos creció 0.4 por ciento en términos anuales, después de que había caído en los tres trimestres anteriores en -9.0, -2.8 y -2.4 por ciento, mientras que el empleo creció, sobre bases anuales, un 12 por ciento en abril, también después de fuertes retrocesos. La economía estadounidense tal vez alcance el nivel de producción de 2019 en 2021 o en 2022 y aún deberá añadir millones de trabajadores para alcanzar su punto de mayor empleo. Un elemento clave ha sido que la pandemia de la Covid-19 se ha comenzado a dominar principalmente por los programas de vacunación.

México está retrasado en el proceso de recuperación. La economía estaba en un claro estancamiento en 2019 y la pandemia la afectó profundamente. Según el INEGI, en el segundo trimestre de 2020 el producto (acumulado) se redujo en -10 por ciento y siguió disminuyendo, a tasas menores, en los siguientes trimestres. Al primer trimestre de 2021 caía a una tasa anual de -3.6 por ciento. La construcción y las manufacturas tuvieron caídas trimestrales de dos dígitos. La inversión fija se desplomó en casi un -40 por ciento en abril y mayo de 2020, respecto a los mismos meses de 2019, y en febrero de 2021, aún disminuía en un -4.0%. El consumo, generalmente menos pro-cíclico, también tuvo meses de bajas de -25 por ciento anual (abril y mayo de 2020) y todavía cayó en -7 por ciento anual en enero y febrero de 2021.

La debacle económica se tradujo en una reducción del empleo, con la pérdida concomitante de ingresos de la población. En abril de 2021, los trabajadores afiliados al Seguro Social eran 733 mil menos que los afiliados en noviembre de 2019. La situación es más grave para los trabajadores informales. La encuesta de empleo del INEGI reporta tasas de trabajo informal en proporción al total de empleados del 50 por ciento o más para el país y hasta del 60 por ciento en áreas urbanas. La tasa de ocupación en condiciones críticas (trabajo parcial, bajo ingreso o muchas horas de trabajo con bajo ingreso), comenzó a crecer en el primer trimestre de 2019 y desde el primer trimestre de 2020 ha sido mayor a un 22 por ciento. En el primer trimestre de 2021 era de 26 por ciento.

El reto está claro: debe iniciarse un crecimiento acelerado, incluyente, que reponga y acreciente los bienes de capital desgastados y que recupere los ingresos de la población por la vía del aumento del empleo y de una participación mayor de los trabajadores en el producto. Una inversión y un poder de compra mayores recuperarán los niveles de consumo, lo que permitirá efectuar algunos de los gastos postergados por la pandemia. Ante el fracaso rotundo de 40 años de las soluciones de mercado del neoliberalismo y su incapacidad de enfrentar los desafíos de la pandemia, vuelve a estar en el orden del día darle un papel más activo a los Estados y eliminar todas aquellas regulaciones neoliberales que sólo produjeron estancamiento económico, desempleo y desigualdad social.

Profesor de la Facultad de Economía, UNAM e integrante CACEPS.
caceps@gmail.com

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