El pasado 10 de marzo el presidente López perdió los estribos con la periodista Nayeli Roldán, de Animal Político, ante el cuestionamiento de la comunicadora sobre el espionaje de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en contra del activista social Raymundo Ramos.

Roldán tomó la palabra y preguntó si el titular de la SEDENA, el general Luís Cresencio Sandoval, participaría en la mañanera para explicar la compra del malware Pegasus para espiar a ciudadanos.

López respondió en tono molesto y manera agresiva que las acciones de la SEDENA no son espionaje, que es inteligencia y aprovechó para acusar a Roldán de pertenecer a un medio que sirve para proteger a los conservadores y atacar a su gobierno.

En septiembre de 2022 se dio a conocer que la SEDENA había sido hackeada por un grupo de hacktivistas denominado Guacamaya. En los 6 terabytes filtrados se exhibieron un sin fin de irregularidades, delitos, violaciones a derechos humanos cometidos por los militares en contra de los mexicanos.

Entre la información más relevante quedó en manifiesto que en la actual administración del presidente López -tal y como lo hizo la administración de Peña-, compró y usó el sistema de espionaje Pegasus en contra de civiles, sin autorización judicial, sin ser parte de una carpeta de investigación, ni una aparente lógica de inteligencia.

El portal Animal Político, en el que precisamente labora Roldán, publicó una investigación en la que Sandoval avala el espionaje en contra del activista de Derechos Humanos -quien ha documentado los excesos, abusos y delitos cometidos por militares-.

López negó los hallazgos y definió el hecho como un ejercicio de inteligencia para prevenir los delitos.

¿Es cierto lo que afirma el presidente, el espionaje es un instrumento para construir inteligencia? Sí, en el mundo los sistemas tecnológicos se han utilizado con el fin de intervenir llamadas, leer correos y escuchar conversaciones ambientales.

Un ejemplo claro es lo sucedido en Italia, sin dichos mecanismos, el combate a la delincuencia organizada, con la subsecuente disminución de violencia, hubiese sido imposible.

Sin embargo, es relevante aclarar que para que todo ello ocurriera las autoridades dedicas a la investigación de los delitos tuvieron que armar cuidadosamente los casos, con evidencias sólidas, para que la autoridad judicial autorizara el uso situacional de dichos mecanismos. Sin ello, las investigaciones hubiesen sido invalidadas y las autoridades que hubiesen usado sin criterio ni recurso legales el espionaje, hubieran sido administrativa y penalmente sancionadas.

El caso del espionaje de Ramos es a todas luces ilegal y el presidente se hace cómplice de dicho delito al proteger a las fuerzas armadas en esta grave violación a los derechos humanos del activista.

Lamentablemente, el presidente también suma a la lista de posibles delitos la extorsión, la publicación sin consentimiento de datos personales y la difamación en contra de Animal Político.

La amenaza que hizo en la mañanera del 10 de marzo, a Roldán: “mañana lo que vamos a hacer es sacar lo que les daban de dinero, porque esto es lo que explica mejor el comportamiento que tienen ustedes”, es una amenaza que cumple con los criterios de extorsión y que se ve agravada al ser cometida por una autoridad.

Si el presidente revela contratos y estados financieros del medio, sin su consentimiento, viola la ley de protección de datos personales y es una abierta difamación cuando afirma que dicho portal golpea a la actual administración porque sirve a los adversarios políticos de López.

Recordemos que Animal Político ha sido un instrumento clave para exhibir los excesos en el uso de la fuerza en la administración de Calderón, la corrupción imperante en la administración de Peña (que entre muchas investigaciones destaca la Estafa Maestra), como de igual forma, los abusos e ilegalidades de varias administraciones locales -como fue el caso de las vacunas falsas y el desfalco en Veracruz en la administración de Javier Duarte-.

En campaña y a lo largo de su sexenio López ha insistido que el mantra que se repite a sí mismo para gobernar es “no mentir, no robar y no traicionar a los mexicanos”; no obstante, al avalar el espionaje; proteger hechos ilegales; amenazar, extorsionar y difamar a un medio de comunicación con el fin de silenciar la información, son evidencia de delitos que contradicen su mantra y demuestran que el presidente miente y traiciona a los mexicanos.

¿En qué terminará el caso? Seguramente en nada. Nada tal y como sucede con más del 99% de los hechos delictivos en el país, delitos que ocurren en un contexto de absoluta corrupción e impunidad.

Es prácticamente un hecho que por el ilegal espionaje de la SEDENA, nadie será investigado, nadie será sancionado y el presidente seguirá delinquiendo desde el poder.

Paralelamente, Animal Político, los otros medios de información, los colectivos de víctimas y la sociedad civil, seguiremos dando la batalla en contra de las ilegalidades, los delitos, la corrupción, la impunidad, el abandono a las víctimas, de ésta y de todas las administraciones que vendrán, sin importar cuántas amenazas, atropellos o espionaje ejecuten desde el poder.

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Director del Observatorio Nacional Ciudadano  @frarivasCoL