Luego de que se han dado a conocer los resultados del turismo internacional hacia México en 2023, es por demás evidente confirmar la formidable resiliencia que tiene el sector. Hay que destacar, por supuesto, el estratégico papel que sigue desempeñando el turismo en la balanza de pagos del país, pues en contraste con el crónico déficit reportado en la balanza comercial de 5 mil 464 millones de dólares o el pronunciado déficit de la balanza petrolera de 18 mil 536 millones de dólares, la balanza turística alcanzó un nuevo registro histórico de 21 mil 549 millones de dólares, que supera en relación 3.4 a 1 al saldo de la balanza manufacturera.

Este comportamiento está estrechamente relacionado con el buen desempeño en las llegadas de turistas por vía aérea al país, a pesar de que entre mayo y octubre se observara una desaceleración en su crecimiento que fue compensado por los buenos resultados alcanzados en la parte inicial del año y una recuperación importante al cierre de 2023, de forma que el crecimiento en esta variable fue de 7.0% en comparación con 2022, y de 16.3% en relación con el año previo a la pandemia. La comparación con lo que sucede en el mundo es muy favorable, pues al cierre de 2023 todavía hubo un retroceso de 12% en las llegadas de turistas internacionales en el planeta.

No obstante, la información disponible permite desprender que sigue habiendo temas que evidencian una fuerte concentración en el sector, en materia de destinos, productos y mercados, y es posible observar la falta de capacidad para aprovechar lo que a simple vista parecieran grandes oportunidades. A tono con el título de estas líneas, esta situación no parece haber evolucionado en un largo periodo; de igual forma, en la medida que la actividad turística opera ya, desde hace muchos meses, de manera más o menos regular, no parece suficiente asumir que los efectos de la pandemia pudieran explicar decisivamente los retos siguientes.

Cinco aeropuertos del país siguen recibiendo 90% de los turistas internacionales que se internan por vía aérea: Cancún, Los Cabos, Puerto Vallarta, Ciudad de México y Guadalajara. Toda vez que los primeros tres captan 65% del total de esos viajeros, parece razonable reconocer que sigue existiendo una alta dependencia de la oferta de destinos de sol y playa. Por lo que hace a la nacionalidad de los visitantes por vía aérea, 61.8% son estadounidenses, proporción aún mayor que la de principios de la década pasada. Además, el movimiento de personas que ingresan al país por vía terrestre aún se encuentra por debajo de niveles prepandémicos

Sobre el movimiento fronterizo, los números evidencian una situación de severa caída; en comparación con 2019, en 2023 se recibieron 25.6 millones de visitantes menos, es decir 40% por debajo de los registros: -28% en los viajeros que pernoctan y -45% en los que no lo hacen.

Una reflexión final y, acaso, la más importante, es lo que sucede con el gasto medio. Recordando que alrededor de 83% de los ingresos turísticos surgen del turismo aéreo, el análisis se limita a este componente. En 2023 el gasto medio de estos viajeros fue de mil 126 dólares, un crecimiento de sólo 1.8% con relación al año previo. Si bien hay un aumento sobre los niveles prepandémicos, que muy probablemente se explica por factores inflacionarios, es necesario perseverar, tanto en atraer turistas con un mayor perfil de gasto, como lograr que los que ya están viniendo incrementen su derrama económica. Un necesario punto de comparación se observa en lo que sucede en el vecino país del norte, en donde se estima que el gasto medio habría alcanzado 2 mil 600 dólares en 2023.

Director del Centro de Investigación y Competitividad Turística (Cicotur) Anáhuac

X: @fcomadrid

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