/opinion/historico

La industria más resiliente

La madurez de la industria automotriz mexicana ha quedado demostrada este año, pues se ha recuperado con mayor velocidad

30/10/2020 |00:15
Redacción El Universal
Pendiente este autorVer perfil

Hace algunos meses encontré un texto muy interesante, publicado por un miembro de la Junta de Gobierno del Banco de México, en el cual el autor estimaba que no sería sino hasta 2022 cuando esperaríamos regresar a los niveles de producción económica que teníamos antes del inicio de la pandemia.





Esta lectura se dio coincidentemente con la reapertura de algunas industrias tras el máximo nivel de confinamiento y suspensión de actividades productivas, entre las que se encontraban la minería, la construcción y, desde luego, la automotriz.

A partir de la reactivación de estas industrias, catalizadoras de la economía mexicana, pasamos de un escenario profundamente pesimista y de incertidumbre mundial, al inicio de una paulatina recuperación que se sintió como una bocanada de aire fresco para millones de hogares que dependen directa e indirectamente de estas actividades. Sin embargo, en este grupo destaca el sector automotriz y toda su cadena de valor, que en los últimos 30 años ha demostrado ser un motor imprescindible para el bienestar económico del país. Aunado a ello, la industria a la que pertenezco ha tenido que enfrentar una serie de desafíos a lo largo de los años que han fortalecido su evolución hasta convertirla en un referente global.

Club El Universal

La madurez de la industria automotriz mexicana ha quedado demostrada este año, quizá el más retador de la historia reciente, al ser una de las cadenas productivas que se ha recuperado con mayor velocidad que otras, hasta alcanzar más de 80% de su capacidad instalada al cierre de septiembre, muy cerca ya del promedio del año pasado.

Para entender la dimensión que esto representa, es necesario recordar que México es el cuarto país exportador de autos y el séptimo productor a nivel mundial.

Esto es una prueba inequívoca de resiliencia, construida a partir del talento de más de 900 mil mexicanos que aportan sus capacidades, experiencia y creatividad, que son las bases para que la industria automotriz mexicana sea de clase mundial.

La resiliencia ha dado pie también a la innovación. Y es que México no es sólo un hub de manufactura automotriz ―que, dicho sea de paso, este sector representa cerca de 20% del PIB manufacturero―, sino que se ha diversificado y actualmente genera valor en distintos niveles de la cadena, desde la concepción de ideas, ingeniería de alta especialidad, comercialización y colaboración con equipos globales.

Por otro lado, mientras que los pronósticos para el cierre de este año apuntan a que México alcanzará una producción de 2.9 millones de unidades y que, probablemente tardaremos de tres a cuatro años en recuperar las cifras de años de mayor bonanza, es una realidad que el sector automotriz se ha vuelto el motor de la inversión y la generación de empleos, resultado entre otras cosas de la firma de tratados comerciales con otras naciones, incluido el T-MEC, que recientemente entró en vigor y que brindará certidumbre y renovará el potencial para la industria.

La industria automotriz ha tenido un estrecho vínculo con nuestro país desde los años 20 del siglo XX.

En General Motors hemos sido testigos de este vínculo desde hace 85 años, cuando se constituyó oficialmente la compañía en México. Hoy en día, por ejemplo, somos el productor y exportador número uno en México.

Nuestro país y la industria automotriz comparten historia y comparten futuro.

Tal como ha sucedido en las últimas nueve décadas, estoy convencido de que superaremos los desafíos que enfrentamos y demostraremos, una vez más, que somos la industria más resiliente.

Presidente y director general de General Motors de México, Centroamérica y el Caribe