Los procesos electorales en México son fundamentales para toda sociedad no solo por la decisión mayoritaria para determinar quienes los gobernarán en el ejercicio del poder público sino porque es un espacio de manifestación de la población que puede traducirse en el reflejo expresado en las urnas de su satisfacción o su desacuerdo con quienes ostentan cargos de elección popular. En otras palabras, en un sistema democrático puede constituirse como un referente evaluativo de la gestión gubernamental o de los resultados legislativos que la ciudadanía haya percibido.

No obstante, las elecciones si bien son periódicas, es decir se efectúan cada tres o seis años, existen otros mecanismos en los que la sociedad puede participar de forma directa. Es así como llegamos a los mecanismos denominados de participación ciudadana cuyo objetivo fundamental es que las y los ciudadanos puedan influir en la toma de decisiones que, tradicionalmente, le corresponden al gobierno o al Poder Legislativo.

Entre estos mecanismos se encuentran, por ejemplo, el referéndum, en el que se somete a la población una decisión importante como el rechazar, modificar o derogar una determinada ley; la consulta popular, que se aplica a la población apruebe o rechace alguna o algunas propuestas que le son planteadas y son de interés público; la revocación de mandato, mecanismo por medio del cual la ciudadanía determina la conclusión anticipada en el desempeño de la persona titular de algún cargo público, entre otros.

En nuestro país, la Constitución Política determina diversos de estos mecanismos que son regulados por las legislaciones respectivas. A nivel local, en donde se cuenta con importantes avances en la materia, se han realizado ejercicios de participación ciudadana en el que, para la recepción de la opinión de la ciudadanía se han utilizado inclusive, mecanismos electrónicos.

Justamente estos ejercicios son grandes oportunidades para que las instancias electorales aprovechen la utilización de la tecnología a través de urnas o tabletas electrónicas e, inclusive la utilización de internet con el objetivo primordial de facilitarle a la población su acceso a estos mecanismos, por un lado, y por el otro, buscar abaratar los costos que son erogados en este tipo de ejercicios.

La utilización de estos instrumentos electrónicos no solo nos haría arribar a la modernización en la captación de la opinión de la ciudadanía, sino podría ser un paso importante para irlo incorporando de forma vinculante en las elecciones no solo locales en donde ya hay una basta experiencia, sino a nivel federal.

A finales de marzo, si se cumplen diversos supuestos establecidos en la legislación respectiva tales como que el 3% de las y los ciudadanos inscritos en la lista nominal lo soliciten y que corresponda al menos a 17 entidades federativas y que éstas se registren en el periodo comprendido en la normatividad, entre otras, se llevará a cabo la Revocación de Mandato del titular del Ejecutivo Federal.

Este evento sería una gran oportunidad para que el Instituto Nacional Electoral, responsable de organizar este ejercicio, utilice en alguna medida, instrumentos electrónicos de forma vinculante, para que la ciudadanía emita su opinión, los conozca, se familiarice con ellos y sirva de plataforma para que en el próximo proceso electoral federal de 2024 nuestra institución nacional electoral apueste por ellos no sin antes en estos años previos, realice las pruebas, verificaciones y auditorias que no dejen duda de sus bondades.

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