El proceso de distritación que el Instituto Nacional Electoral (INE) lleva a cabo por ley, siempre resulta complejo, no por los aspectos técnicos y metodológicos que la autoridad electoral realiza para su conformación, sino por el rumbo político que ello implica por parte de los actores políticos y sociales involucrados.
El INE estará llevando a cabo un proceso de distritación nacional y locales que inició en este 2021 y concluirá en 2023, justo antes de que inicie el proceso electoral 2023-2024 en el que, a nivel federal se renovará la presidencia de la República, así como habrá elecciones para elegir a los integrantes tanto de la Cámara de Senadoras y Senadores, como de la Cámara de Diputadas y Diputados y varias elecciones locales.
El INE desde su conformación como Instituto Federal Electoral (INE) ha realizado 3 distritaciones federales aprobadas en los años 1996, 2005 y 2017 conforme a los censos de población y vivienda 1990, 2000 y 2010. En 2015 y 2017 con base en las atribuciones conferidas al INE con la reforma constitucional en materia político electoral de 2014, integró y conformó los más de 600 distritos electorales locales que conforman las 32 entidades federativas.
Ahora que el INEGI publicó los datos del Censo de Población y Vivienda 2020, y con el objetivo de actualizar la geografía electoral del país, el INE ha aprobado diversos acuerdos para conformar una nueva distritación nacional, es decir, que abarque los 300 distritos electorales federales que conforman el país, así como de los distritos locales que integran cada estado de la República.
De acuerdo con la Constitución Federal, la distribución de los distritos electorales uninominales entre las entidades federativas se hará tomando como base el último censo general de población, sin que en ningún caso la representación de una entidad federativa pueda ser menos de dos diputados o diputadas de mayoría relativa.
Asimismo, el proceso de distritación debe observar que en cada distrito electoral el sufragio se emitirá en la sección electoral que comprenda el domicilio de las y los ciudadanos, así como deberá considerar aspectos demográficos, político administrativos, las relacionadas con las comunidades indígenas y afromexicanas, entre otras.
El objetivo final de un proceso de distritación es fortalecer la representación política de la población de manera uniforme y acorde a directrices de certeza, transparencia y equidad social, por lo que el INE ha emitido diversos acuerdos, criterios y lineamientos para llevar a buen puerto este arduo proceso que, entre otros rubros incluirá los siguientes:
· Matriz de criterios técnicos para la conformación de una propuesta de escenarios de distritación nacional y locales;
· Preparación de la Consulta a Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas;
· Integración de sistemas informáticos para la correcta integración de la distritación nacional;
· Definición de las 5 circunscripciones electorales federales, entre otros.
Estas etapas integran una vertiente que toma en cuenta a la sociedad basada en un esquema metodológico en la que participan, además, diversos especialistas técnicos en el ramo y con la vigilancia permanente de las representaciones de los partidos políticos.
No obstante, desde la visión de algunos actores políticos la distritación es un proceso que puede contar con tintes políticos y nada más alejado de esta situación. El que quiera suponer siquiera un enfoque dirigido con tintes políticos es porque seguramente en su conformación alguna entidad puede perder algún o algunos distritos electorales pero esto resulta porque adquiere un mayor número de electores o bien, porque los pierde.
Sin embargo, el INE ha establecido grupos de trabajo en las que tienen cabida diversas observaciones de las que proceden revisiones y esta forma de conducir un proceso como el que referimos siempre enaltece la comunicación y disipa dudas. Ojalá y llegue a buen puerto este proceso de distritación nacional y locales que haga equitativo el terreno electoral para las elecciones federales y locales de 2024.
