Un fracaso más, que acentuaba el verbo cruzazulear, era el titular que dictaba la línea periodística. Entiendo lo que conlleva para la historia, tradición, palmarés y obligación de un grande del futbol mexicano caer eliminado en Concachampions , un resultado que no hizo más que agudizar la crítica tras el ridículo con Pumas, pero habría que detenerse en lo mostrado por el rival en turno, como argumento para debilitar el utópico discurso de un dominio absoluto, que claramente va perdiendo fuerza, acortando distancias, fortaleciendo la competencia y trasladando a sus clubes la rivalidad entre dos países históricamente antagónicos con sus selecciones.

Dos nóminas similares en relación precio–calidad. Mientras Cruz Azul tiene un valor estimado en su plantilla de 65.3 millones de dólares con siete jugadores que suelen ser habituales en su selección, LAFC alcanza los 85.12 millones de dólares (según Transfermark), con cuatro futbolistas que generalmente también son internacionales.

Si nos detenemos en un mano a mano particular, el análisis tendría que ser de los campeones de goleo en sus respectivas ligas, ambos uruguayos, compañeros en la Celeste, pero de realidades muy distintas. Mientras Jonathan Cabecita Rodríguez (12 goles), a sus 27 años fracasó en Benfica y Deportivo la Coruña, Diego Rossi (14 goles), a sus 22 años fue Bota de Oro y jugador joven más destacado de la temporada que acaba de terminar, y es junto con Brian Rodríguez —uno de sus mejores socios— la joya del futbol uruguayo. Ambos escogieron hacer escala en Los Ángeles como transición a Europa en lo que se estima se conviertan en un par de ventas récord para una liga de Concacaf.

Es una realidad que la MLS tiene una tiene una estructura comercial y económica más solida, pero también es cierto que la Liga MX sigue siendo más futbolísticamente, pero lo visto la noche del miércoles en el Explora Stadium confirma que hay equipos (pocos) que ya pueden competir a la par de los de México, más aún cuando tienes un factor diferencial tan importante como el futbolista de más calidad en ambas ligas, la representación en la cancha del American Dream, ironías del futbol, un mexicano siendo capitán y figura en un equipo de Estados Unidos, pero al mismo tiempo ícono representante y embajador de los millones de paisanos que viven en California.

El América podrá quererlo, desearlo y soñarlo —más ahora que podría ser el responsable de su eliminación mañana—, pero que no se ilusione mucho con su América Dream. Carlos Vela juega únicamente donde es feliz y está muy contento en Beverly Hills.

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