En ese mundo de ilusión, hablando del San José de la esquina de Ayuntamiento y Luis Moya, cuartel general del creador de la máxima “tú, a la portería de los pendejos”, don Raúl del Campo Jr., nos conocimos una generación de comentaristas de futbol. Decía yo de Beto Murrieta, pero ahí también pasamos horas con muchos más, como Mario Antuña Garza o Alejandro del Castillo.

Al mismo tiempo (1985) vendría un proyecto de noticieros y eventos especiales de Televisa , a iniciativa de Jacobo Zabludovsky, producido por Guillermo González Martínez: el noticiero “6 en punto”.

Nombres como Enrique Burak, Eduardo Camarena, Francisco Barón Torres, Anselmo Alonso, Adela Micha, Ana María Lomelí, y en un principio, Eduardo Trelles . Ya caminábamos en los pasillos de los estudios de Chapultepec 18 junto a Toño de Valdés, Fernando Schwartz, Pepe Segarra y, en especial los fines de semana, con mi tío Antonio, Pedro Mago Septién y Jorge Sony Alarcón. En ese grupo también recuerdo a Pablo Carrillo y Enrique Garay. Televisión Azteca se llamaba Imevisión y jugábamos con Gerardo Peña, quien siempre agregaba —al escuchar Imevisión— “o lo que es lo mismo, la Segunda División”. El pique era grande.

Sana competencia de marcas, no así de nosotros como personas. En mi caso, siempre vi con cariño a Francisco Javier González, David Faitelson, André Marín, Pepe Espinosa y en especial a Raúl Orvañanos y Carlos Albert, quienes habían jugado en el Necaxa cuando yo era un niño.

Don Fernando Marcos y Ángel Fernández habían cambiado de colores para ese tiempo, pero nos veíamos en algunos partidos en CU o —en especial a Ángel, en mi caso— en el San José. Uno de mis más felices días en el estadio de la Ciudad de los Deportes (hoy estadio Azul), tras un accidente que lo mantuvo fuera un tiempo, fue cuando me pidió mi cuaderno con las alineaciones de un partido del Atlante, para narrar en el sonido local, a petición del público que coreaba “¡Que narre, que narre!” y Ángel Fernández. quien era un sol, algo habrá inventado y nos deleitó unos minutos con una crónica sin igual. El tema, para no ir más lejos y entrar en materia de lo que quiero decir, es que quienes todavía están en las cadenas de televisión y crónica de futbol tienen la edad de los que estaban cuando empezábamos.

Hoy día, entonces, los que están deben pensar en lo que significan para los jóvenes que empiezan —a los 20 años de edad— en la crónica y que eran niños en los 90. Muchos ya deben tener nietos, quienes —a su vez— están empezando a jugar con un balón en un parque o la banqueta. ¿Será?, ¿cuánto ha cambiado? Somos la generación de los grandes cambios. El colmo es esta pandemia. (Continuará).

@fernando_andere

 

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