Acostumbrados a referirnos al desorden diciendo “esto no tiene ni pies, ni cabeza”, es que pienso que en nuestro país es muy complicado tener cabeza habiendo tantos pies.

Nos metemos el pie, perdemos el sentido de una verdadera responsabilidad social, que va desde uno mismo hacia los demás, y desde luego la conformación de pequeñas sociedades cuyo fin sea la responsabilidad social.

Hace muchos años, recuerdo campañas de las que sólo sabemos que existen a la hora de un gol, por ejemplo “Goles por la educación”, computadoras para tal o cual escuela. De la que no sabemos más.

Esfuerzos loables de fundaciones que se llevan más críticas que elogios, pero cumplen, aportan a la sociedad.

Es pregunta: ¿Tiene la Federación Mexicana de Futbol un proyecto de responsabilidad social?, ¿el tema de apoyar, jugando con un balón color rosa, un movimiento contra el cáncer de mama ha sido suficiente o existe algo más que se pueda hacer?, ¿el futbol, como tal, una herramienta de integración en el mundo, lo es en México?

Vivimos mundialmente el movimiento de la inclusión, de la responsabilidad social, pero necesitamos una batuta. El liderazgo sólido de quien esté alejado del VAR, (tema número uno los últimos días), la organización de la Selección Nacional, las transferencias millonarias o los contratos con cláusulas de rescisión, las tablas de clasificación, los agremiados, las divisiones de ascenso, los gritos y sombrerazos en los medios, son pan de cada día, los personajes polémicos y —en general— en lo que está convertido nuestro futbol, decía yo, necesita una cabeza, un líder que pueda ordenar la responsabilidad social.

¿Por qué todo es responsabilidad dividida y no búsqueda de bien común con el futbol como herramienta?

Los movimientos aislados se van quedando. Todo es que alguien piense en algo bueno, para que a alguien más ya se le hubiera ocurrido. No hay reglas, dirección.

¿No existe un proyecto en el que se respeten las reglas?, ¿a todo hay que darle la vuelta? Lo que unos hacen es mejor que lo que hacen los otros, los demás no importan, ¡importamos nosotros! ¿Hacia dónde va una sociedad así?, ¿en dónde está? Me gustaría saber más de los resultados de campañas, algunas efímeras, y las que han logrado sobrevivir.

Creo fielmente en la necesidad de esa figura fuera de la política que lidere los proyectos de responsabilidad social y de inclusión en México. Alguien que en la desgracia sea el encargado de enseñarnos los resultados de tal o cual esfuerzo, buscando el bien común.

Vivimos distraídos de lo esencial y pretendemos hacer un mundo de cada uno que no cabe en el de los demás, salvo en la coincidencia de la necesidad inmediata. ¿Que los futbolistas visiten asilos o pabellones hospitalarios es suficiente? ¿Por qué no hay una entidad que se dedique a la responsabilidad social del futbol? Y, si la hay, ¿en dónde?

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