En el futbol no solo se cansa uno físicamente, el trabajo mental es primordial.

Esta etapa de Liguilla es una prueba contundente de que el equipo que se domina en las emociones, es el que gana.

Esta ha sido una semana de sensaciones, muchas, por todo lo que nos rodea en el ámbito nacional y lo preparado y conscientes que podemos estar.

En mi caso, empiezo a despejar algunas dudas y a desempolvar ideas que he podido aprender y ahora desarrollo; me he contestado porqués de manera práctica y, aunque no del todo, he llegado a entender parte de la esencia que tiene el futbol.

De manera categórica puedo afirmar que muy difícilmente se lleva con el glamour; el glamour no forma parte de la esencia del futbol, hasta creería que aunque la base es la competencia, termina por dejarse de lado después de 18 jornadas por lo menos para más de la mitad de los equipos que inician el Apertura y el Clausura de cada año, una idea que sabe a obsoleta y que queriendo motivar la competencia, termina con ella.

Los que pelean, como en las encuestas de salida al acudir a las urnas, empiezan a diferenciarse de los demás y casi siempre son los mismos.

América, Tigres, Monterrey y Santos; seguidos por León, Necaxa, Pachuca, Morelia, Toluca y Pumas, y finalmente los Cruz Azul y Chivas que son a cuál más incompetentes y dan una de cal y dos de arena.

Querétaro, Tijuana, Atlas, Puebla, San Luis, Juárez y no se diga Veracruz, es un milagro que clasifiquen.

¿No se les hace increíble que de 19, califiquen 8? Pero además nada sorprende en esa lista final, salvo honrosas excepciones.

Contratos, marcas, chismes de lavadero, crítica desmesurada, rumores, broncas en la tribuna o las calles, VAR y decisiones federativas que sólo ellos entienden, abarcan los principales encabezados por en los diarios y la moda digital de nuestros días.

¿Cuándo se va a jugar la final? ¿Cómo era posible que la fecha siga siendo cargada por cuál va al Mundial de Clubes? Otra vez, ¿por qué en España, Francia, Suiza en una sola palabra, Europa, Estados Unidos y gran parte del resto del mundo sí pueden programar no sólo sus ligas, sino los torneos internacionales que abundan y en México es imposible hace años?

Ya podemos comprar boletos para la final de Champions y de Europa desde marzo, porque ya sabemos que se juegan el 30 de mayo y el 12 de julio respectivamente; conocemos las ciudades sede, Estambul y Wembley; tenemos claros los horarios, estadios, costo, así los torneos locales, sin titubear. El orden enriquece, nutre a la afición y desahoga emociones en jugadores, técnicos y directivos. Un deseo que en México pase, no veo cómo.

Por cierto, ¿con cuántos equipos? ¿Cuándo empieza el 20, cuántos extranjeros, mexicanos, y los Juegos Olímpicos en Japón?

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