Mis títulos son complejos. Cuando Gerardo Velázquez de León me abrió las puertas de este diario pensé en el nombre de la columna y viviendo en Suiza, qué mejor que convertirme en un corresponsal que hablara de los mexicanos jugando en , que en ese momento eran más de 100.

Crecí escuchando al Charro Cantor; para quienes vivimos fuera de México y no gozamos de cabal salud, resuenan todos los días las notas de México Lindo y Querido magistralmente interpretada por Jorge Negrete. Se convierte en nuestro himno, porque sentimos que ronda la muerte y estamos lejos. Alguna vez sin querer al editar mi columna, cambiaron el juego por el muero, como originalmente dice la canción: Si muero lejos de ti.

Se trataba de quienes jugábamos fuera y que mejor entonces pensar en este título para mi columna. Han pasado dos años de aquellos días y Casi nada está en su sitio, como dijera en su última gira el cantautor Víctor Manuel. El Covid-19 ha terminado por reubicarnos no sin antes zarandearnos. Para mí ha llegado la hora de por lo pronto ya no escribir esta columna y por lo menos dejar pasar a las “nuevas generaciones” que considero de nuevas poco tienen y que ahora en esta era digital y con motivo del valioso tiempo para no hacer nada, pues qué mejor que hablar en la televisión a grado tal de hasta “jugar al futbol” en la “eLigaMX”. He visto y disfrutado no del canal de las estrellas, sino de “los canales de la pandemia” cientos son nuestro canal.

De Chicha y de limonada. Muchos son aberrantes.

No los voy a nombrar por respeto y porque a mí sí me educaron. Tristemente pienso que nos han desplazado a los periodistas de carrera; hoy día es muy fácil hablar y decir lo que pensamos en una red universal porque estoy seguro de que en la luna los leen y tienen seguidores interestelares.

En mis tiempos se hacía un periodismo diferente (para que no se ofendan y sigan pensando que lo que hacen es periodismo). Era otra cosa. A nosotros nos educaron inalcanzables como Ángel Fernández en la crónica, Paco Malgesto, Fernando Marcos, Jacobo Zabludovsky, Luis Spota y una interminable lista de próceres de la radio, la televisión y la prensa escrita. Ahora nosotros hemos maleducado a muchos o sencillamente nos han comido el mandado de los medios y “el progreso”.

 

De modo que mencionando algunos nombres de los héroes que nos dieron patria periodística, y sin futbol de por medio, como dijera McArthur, volveré con otra columna porque esto de escribir es mi vocación, pero me he dado cuenta de que es más la de servir y quiero dejarle algo a mis hijos y mis nietos que no sea dinero. Hasta aquí llegué. Me quiero dedicar a la inclusión de la Discapacidad Intelectual. Me gustaría que muchos más se fijaran en este colectivo.

@fernando_andere

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