Comienzo este día con una frase contraria a quienes con entusiasmo gritan que es un honor. Mi afirmación, desafortunadamente tiene sólidos fundamentos, a mí también me llenaría de felicidad patriótica, sentirme orgulloso de mi Presidente. Lamentablemente no puede ser así para desventura de México.

Entre los anuncios que se han divulgado con motivo del próximo informe presidencial esta aquel en el que López Obrador dice que él miraba con alegría el gusto que le provocaba a su papá recibir su pensión jubilatoria; no dudo que eso haya sido, sin embargo debemos recordar que su padre era propietario del rancho que después le heredó a su hijo, con lo que se advierte que no era un hombre pobre que viviera de esa pensión.

La venta del avión que según López Obrador era mejor al de Obama, se vendió, después de varios años de estar generando gastos y ningún beneficio al país, a un precio inferior al que tiene en el mercado. Este acto totalmente en contra de la política de austeridad tan cacareada en esta administración.

Ha dejado de volar en aviones comerciales y ahora lo hace en aviones de la Fuerza Aérea, que bueno, pero ¿por qué el ocultarlo?

La ausencia de vacunas para los recién nacidos en los hospitales públicos es contraria a la elocuente frase “primero los pobres”, que es realmente solo una frase, porque el que su hijo menor estudie en Londres, su hijo mayor haya vivido en una residencia en los Estados Unidos, no responde ciertamente a esa emotiva expresión.

Su crítica e insultos a la Suprema Corte, su atrevimiento, si su atrevimiento, de hablar de cínica la actitud de los ministros y que violan la ley por ganar más que él es absurda y contraria al respeto entre Poderes; si sumamos a su salario, la renta que debería pagar en Palacio Nacional, los alimentos y bebidas que ahí debe consumir, la colegiatura de su hijo y la compra de los libros que requiera, advertiremos que rebasa en mucho lo que pueden ganar los ministros de la Suprema Corte.

Y esos libros en los que estudia su vástago estoy seguro no contienen los errores garrafales ni el adoctrinamiento que se divulga en los de texto nacionales, en donde estudiaran los niños pobres de México.

Cuando ante el rompimiento del orden y la paz que merecen los michoacanos, con camiones incendiados, caminos bloqueados, dice que son solamente una campaña propagandística y publicitaria, hemos de entender que tienen razón, es una campaña que publicita la ineptitud de este gobierno en el campo de la seguridad pública.

Cuando dice que después de que se conozca su decisión de quien será el candidato de su Partido, entregará el bastón de mando, hallamos en su afirmación su desprecio al orden jurídico. Se le olvida que será hasta el 30 de septiembre del año entrante que dejará la presidencia.

Cuando mañana a mañana, en tiempo oficial y en contra de lo que la ley manda, se dedica a hacer campaña en favor de su movimiento político, encontramos su falta de respeto a las instituciones que prometió respetar.

Enunciar otros hechos en su esencia idénticos a los anteriores, me obligarían a ocupar una página completa. Con lo que hasta ahora he escrito, fundamento que del hombre que miente, que es incongruente entre sus palabras y sus hechos, que viola la ley, ofende por ofender y divide con vehemencia a los mexicanos nadie en su sano juicio puede afirmar que es un honor estar con él, y que si en cambio es un error.

Los tiempos han llegado, se destaparán las corcholatas y la que no sea, como cualquier corcholata, así les llamó quien destapará a la escogida, se tirará.

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS