Qué triste. México no lo merece. Tiene usted, amiga señora Fiscal, la oportunidad de ganarse el respeto, la confianza de la sociedad, la satisfacción de la Presidenta de la República, de haberla incluido en la terna, si termina con la impunidad que disfrutan los senadores Adán Augusto López Hernández y Alejandro Moreno Cárdenas. (con quien no tengo parentesco alguno), o declarar su inocencia después de investigarlos con seriedad. En su decisión está que los llamemos honrados o ladrones.

En este sexenio, en donde se erogará una millonaria cantidad al celebrar los siete años de la llegada de la cuarta transformación, para públicamente afirmar y autofelicitarse que ya no hay corrupción, sigue coordinando a los senadores el exgobernador tabasqueño y el también exgobernador de Campeche, sigue ostentando la honrosa representación de la República en el Senado.

Respecto del tabasqueño, su comportamiento refleja la conducta corrupta, ilegal, desaseada y sucia de muchos morenistas, como la impunidad que los cobija. Basta que nos asomemos a los medios de comunicación para ver que me asiste la razón.

Ahí está la gobernadora Delfina, que como Presidenta Municipal de Texcoco, descontaba una cantidad de su sueldo a sus empleados para darla a su partido; al gobernador de Sinaloa, con vínculos obscuros con los narcos; en el ISSSTE el fraude descubierto en junio de 2024 con pagos duplicados a proveedores; en la Comisión Nacional del Deporte, de Ana Gabriela Guevara, con desvíos de más de 600 millones, y podría seguir, pero no tengo espacio, y eso van a ir a aplaudir los acarreados al Zócalo.

Doña Ernestina, cuánto trabajo tiene, para perseguir corruptos, o encubrir delincuentes. Por lo pronto, respetuosamente le sugiero comience por los importantes como dijo el señor que apareció rodeado de gallinas: “barrer como en las escaleras, de arriba para abajo”, como con los senadores mencionados.

Como priista de muchos años, de militancia, cuando ingresé a las juventudes priistas, el dirigente nacional era Alfonso Corona del Rosal; el de la Ciudad de México, Rodolfo González Guevara, a ellos, ni por asomo se les podía imaginar una riqueza como la del actual Presidente de ese Partido, y en cambio una trayectoria y un comportamiento público, que ni de manera lejana, se podría comparar con las inquietudes económicas de mi tocayo de apellido.

De esos líderes, en la Fiscalía General de la República deben saber más. El de Tabasco, cuando era precandidato a la Presidencia de la República por Morena, por “servicios profesionales”, declaró haber “ganado” más de cincuenta millones de pesos, y como gobernador nombró al jefe de una conspicua banda, responsable de la seguridad pública del estado que “gobernaba”.

Del campechano, se afirma su propiedad de importantes extensiones de tierra en Campeche, como de muchos otros bienes de origen inexplicable por sus ingresos.

A doña Ernestina le queda la tarea, a pesar de la “autonomía” de esa dependencia, atender lo que la Presidenta le diga, investigarlos, para demostrar que son infundios malévolos las acusaciones que se hacen en su contra, o que son consumados delincuentes que no deben estar en el Senado sino en la cárcel. Confiemos en la rectitud de Ernestina, y en la honestidad valiente heredada por la Presidenta.

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