Independientemente de que con esta reforma se logrará un ahorro del orden de cincuenta millones de pesos al año, debemos ver que esta modificación promovida, impulsada y aplaudida por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, habla inteligentemente por parte de ella, de que coincide con las ideas del Presidente de la República, quien será el que finalmente decidirá quien será el candidato de su Partido en el 2024.

Es esa decisión presidencial quizá la más importante que vaya a adoptar durante su mandato. Tendrá en sus manos decidir muy probablemente la historia y el destino político del país por seis años posteriores a que termine su gobierno.

López Obrador que tanto ha criticado, critica, y con seguridad seguirá hablando mal del pasado que él considera habrá de cambiar, según su pensamiento, para bien de México, ha vuelto a hacer lo que en los gobiernos que califica de “neoliberales” se decidía en Palacio Nacional o en los Pinos, pero entonces con discreción y respeto a las formas políticas.

Decía que la doctora Sheinbaum, cuya preparación académica no puede de manera alguna cuestionarse, de manera muy inteligente felicitó a los diputados locales por esa reforma al Instituto Electoral.

Me pregunto, ¿realmente estará convencida que esa modificación es, como dijo “una decisión para avanzar en la democracia”? O lo dijo solo para complacer a su jefe.

Estoy cierto, los ataques de López Obrador al Institutos Electoral Federal, son no porque crea que va en contra de la democracia, sino en contra de sus personales intereses en favor de Morena.

Ignoro, qué Partido obtendrá el triunfo en las próximas elecciones presidenciales. No obstante que se mantienen elevados los índices de popularidad del Presidente, existe en muchos y muy amplios sectores de la población cansancio y repudio a las políticas que en distintos rubros se están manejando desde el poder público.

Volviendo al futuro no tan lejano, estoy seguro que quien sea el candidato de Morena, y en el caso que llegue a ganar, deberá modificar muchas de las más que políticas, o estrategias de gobierno, las ocurrencias que han sido nota distintiva de esta administración.

Imagino que en estos momentos, López Obrador ya se decidió quién habrá de ser su candidato. Por las públicas manifestaciones que ha hecho, es la Jefa de Gobierno.

Pero tampoco podemos olvidar que si actúa con gratitud y reconocimiento a la amistad y lealtad a la que obliga la lealtad recibida, están Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Lo acompañan desde hace tiempo, y le han demostrado su identificación ideológica, como probablemente lo que es más importante, su amistad y cercanía.

A los tres ciudadanos mencionados, agrego al Secretario de Gobernación, el licenciado y Maestro por la Universidad de la Sorbona, Adán Augusto López Hernández. Persona también cercana a López Obrador.

Con seguridad, salvo que otra cosa decidiera el Ejecutivo Federal, uno de ellos será el candidato presidencial, y probablemente el siguiente Presidente. ¿Quién de ellos podrá actuar con mayor lealtad para quien lo haya designado? Es esa una interrogación que ha de constituir una seria preocupación para él.

Si analizamos el pasado reciente, nos damos cuenta que no todos los nuevos presidentes han sido no solo respetuosos del pasado, sino que no lo han lastimado y atacado.

Por lo pronto por lo que se refiere a mi Partido, el PRI, en el que he militado toda la vida, no tenemos hasta ahora, a quien pueda ser un candidato de unidad y que sea competitivo.


Everardo Moreno Cruz
Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM

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