Este gran país ha tenido dentro de sus nacionales, muchos mexicanos que han destacado por su trayectoria y sus aportaciones.

Independientemente del paso de los años, son recordados con respeto. Ese es el caso del Doctor Arnaldo Córdova.

Hoy lo menciono, porque fue citado en la Cámara de Diputados en la sesión donde compareció su hijo.

Arnaldo Córdova se distinguió dentro de la UNAM como un catedrático de ideas avanzadas en la Facultad de Ciencias Políticas, y que como resultado de sus estudios de posgrado en Italia enseñó en México la escuela italiana de ciencias políticas.

En la política nacional también participó, militó, en el Partido Comunista, y fue de los fundadores del Partido de la Revolución Democrática, que lo postuló para ser Diputado Federal.

Estas referencias biográficas las realizo, como dije, porque fue mencionado en el recinto legislativo en una sesión que tuvo la nota que ahora de manera más marcada se esta presentado en la vida pública nacional.

Y digo de manera más señalada, toda vez que, si es lógico entender que en las comparecencias de servidores públicos haya debates, como también ataques a las políticas o conductas con las que se pueda diferir, ahora esa es la marca de estos tiempos. Atacar, dividir, criticar, confrontar, polarizar.

A la nación, se le está dividiendo, pareciera es la nota característica y propósito fundamental de la 4T.

En la sesión del viernes a la que me he referido, la preocupación de los diputados, por encima de analizar el presupuesto y los gastos previstos para la revocación de mandato que eran los propósitos esenciales de esa reunión, se atacó al Consejero Presidente, quien con talento, caballerosidad, educación y decencia se condujo en el Palacio Legislativo.

De la misma forma, en Palacio Nacional, de manera permanente casi todos los días, se usa la tribuna de las mañanas para enfrentarnos a los mexicanos.

Lo más reciente, cuando se habla que mientras las clases de menores recursos agradecen el ser vacunados, no lo hacen así quienes pertenecen a las clases medias.

Me cuesta trabajo entender al Presidente de la República. Parece que cuando tuvo el honor de protestar su cargo, se hubiera comprometido, por encima de respetar las leyes, lo que no siempre ha hecho, a atacar y confrontar a los mexicanos, y pelear a diestra y siniestra contra todo aquello que le parece merecedor de sus críticas aún cuando no tengan fundamento.

Exigir disculpas a España y al Vaticano por hechos de hace cinco siglos; criticar a quienes generan energía por fuentes no contaminantes; hacer responsables de la inseguridad a los gobiernos neoliberales, y una larga lista de expresiones que no solo de nada sirven para gobernar, sino solo tienen la trascendencia de alejar al titular del Ejecutivo Federal de las tareas que debe cumplir.

Se ha dicho que en su comparecencia en la ONU, hablará de la corrupción y las desigualdades sociales. Ignoro qué podría responder si le preguntan cuales son los resultados de su gobierno que ya lleva tres años, para hacer de México un país seguro en el que los turistas puedan disfrutar su estancia, sin temor por su seguridad.

Everardo Moreno Cruz
Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM

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