Antes de referirme al título de este artículo, expreso mi reconocimiento y agradecimiento a Don Juan Francisco Ealy Ortiz, por darme la oportunidad de escribir en este periódico, ejemplo de periodismo de excelencia en el país.

El encabezado con que comienzan estas líneas, son un reconocimiento al Presidente López Obrador. Cumple su palabra.

Esa frase, la empleó en septiembre de 2006, cuando el Tribunal Electoral, le dio el triunfo a Felipe Calderón; y no obstante haber transcurrido más de catorce años, mantiene firme su convicción de que las Instituciones deben ser mandadas lejos y despreciadas.

Lo grave es que es ahora el Presidente de la República, y tiene que ser custodio y guardián de las Instituciones, para el bien del país. Son muchos los casos que demuestran que respetar las Instituciones poco le interesa.

Desde que comenzó su gobierno, ignoró contratos celebrados correctamente, para construir un aeropuerto, y en vez de revisarlos, para evitar cualquier acto de corrupción; esa obra la sometió a una consulta popular, y la canceló.

Más adelante, la aberración, también de someter a consulta el juzgar a expresidentes. Como si las obligaciones de la Fiscalía General tuvieran que cumplirse cuando el pueblo lo dijera, independientemente de lo que establece la ley.

Son muchos más, otros casos en los que las Instituciones son despreciadas por el Presidente; sin embargo, prefiero referirme a los más recientes.

Sus expresiones, en plena época electoral, de afirmar que desconfía del INE, porque ha sancionado a los candidatos a gobernador de Michoacán y Guerrero, de su Partido, son preocupantes.

Amenazar que buscará que ese Instituto desaparezca y sea substituido por otro, habla como ni en las épocas del más vigoroso y arbitrario presidencialismo habíamos escuchado, ni se hubieran permitido.

Y como coloquialmente se dice, “para acabarla de amolar” la Secretaria de Gobernación, ante las amenazas insolentes y que pueden incluso considerarse delictivas de Salcedo Macedonio: “no habrá elecciones si no soy candidato”, en vez de iniciar una denuncia, hace una invitación en la que “exige respeto” tanto al INE como a Félix Salgado Macedonio.

Lo que podría sonar absurdo se oye preocupante. Proviene de los labios de una jurista responsable, por ley, de la política interior.

Lo más reciente, la pretendida modificación constitucional, a través de un artículo transitorio, de una ley reglamentaria, de un artículo constitucional.

Reforma con la que los señores senadores deciden ampliar por dos años más, el período de cuatro años constitucionalmente señalado para el Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia.

Hago una pregunta al Doctor en Derecho, Ricardo Monreal, profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM, a quien sin ser su amigo, conozco desde hace muchos años.

Mi pregunta Ricardo, ¿no te dio pena subir a defender esa violación constitucional? ¿Qué les podrás a decir tus alumnos, que para complacer al Presidente, se aprovechó un censurable descuido de los senadores, para violar la Constitución?

Que importante es que Morena no mantenga la mayoría en el Congreso.


Profesor de la Facultad de Derecho. UNAM

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