Con verdadera preocupación miro la forma en la que esta gobernando al país.
Desde que comenzó su sexenio tomó decisiones equivocadas, por injustificadas y costosas. La cancelación del Aeropuerto que además de significar una erogación inútil por las indemnizaciones que tuvieron que pagarse, se cambió por una terminal aérea que en nada es comparable al aeropuerto que se iba a edificar.
La construcción de una refinería, salirse de los Pinos, construir un ferrocarril en le península de Yucatán, pretender vender el avión presidencial, la creación de los super delegados estatales, por mencionar solo algunas de muchas otras, nos llevan a preguntarle, ¿adónde nos lleva?
En este mismo espacio, hace unas semanas afirmé que estaba cumpliendo su expresión: “al diablo con las instituciones” Lo grave, es que lo sigue haciendo de manera cotidiana.
La votación obtenida en las pasadas elecciones, le permitió tener mayoría en el Congreso, lo que ha hecho que este cuerpo colegiado sea disciplinado como en el pasado que tanto critica.
La Suprema Corte, así lo vemos, esta presidida por un Ministro anuente como ninguno otro lo había sido con el Titular del Ejecutivo Federal. Prueba de eso, su silencio sobre la ampliación de su mandato en la Corte, del que desde un principio, en cumplimiento a lo que dicta la Constitución, debería haberse pronunciado en contra.
Y ahora, cuando un Juez de Distrito, el licenciado Iván Aarón Zeferin Hernández, dicta una Orden de Aprehensión en contra de una persona que tiene fuero, de acuerdo al artículo 111 constitucional, y a la decisión en el sentido de que conservaba su fuero del Ministro de la Corte, Juan Luis González Alcántara, tenemos que pensar que recibió indicaciones en ese sentido del mismo Ministro Presidente del más importante Tribunal del país.
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La autoridad férrea del Presidente la advertimos en hacer declarar a los líderes de las bancadas de las Cámaras, que son de su Partido, que el Gobernador de Tamaulipas no tiene fuero, cuando ellos saben que la resolución del Ministro González Alcántara fue apegada a la Constitución, y consecuentemente le mantuvo el fuero al Gobernador tamaulipeco.
Entendemos las preocupaciones presidenciales por el seis de junio. Porque si bien los resultados finales se tendrán hasta ese día, desde ahora las encuestas revelan que no serán como lo fueron hace tres años.
El “pueblo sabio”, como lo llama el propio Presidente, ya se ha dado cuenta de la ausencia de resultados tangibles en esta administración, en obra pública, empleo, desarrollo económico, productividad, abasto de medicinas, atención a la niñez, ausencia de una política adecuada para atacar la pandemia, reclamos inútiles de perdón a la iglesia y España, y esta decepcionado.
Por todo eso Señor Presidente, permítame le diga, no continúe lastimando las instituciones, dividiendo a los mexicanos, clasificando a algunos en conservadores y fifies frente a los buenos del actual gobierno; deje de gobernar con los resentimientos y rencores que lo esta haciendo, y sea de verdad, una esperanza para México. Nos sentiremos tranquilos de saber adonde nos lleva.
Everardo Moreno Cruz
Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM
