En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, hace 215 años, un llamado resonó en la población de Dolores de la entonces intendencia de Guanajuato, y se expandió como fuego encendido en una pradera: era el grito de libertad que daría inicio al movimiento de Independencia. Aquella noche, comenzó la guerra contra el yugo colonial; fue también la afirmación de que los pueblos de México tenían derecho a decidir su propio destino, a ser libres, soberanos y a abolir la esclavitud.
En las páginas de nuestra historia resaltan los nombres de Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero (primer presidente afromexicano), pero también hubo mujeres a quienes pocas veces se les reconoce y que con la misma valentía dieron su vida y esfuerzo por la patria: Josefa Ortiz, Leona Vicario, Mariana Rodríguez del Toro, Rita Pérez de Moreno; María Tomasa Estévez y Salas, la “Capitana” que combatió en el territorio; Gertrudis Bocanegra, que pagó con su vida la osadía de tejer redes insurgentes; Antonia Nava, “La Generala”, símbolo de entrega y liderazgo; y Las Amotinadas de Miahuatlán, mujeres cuyo atrevimiento colectivo hizo temblar a los realistas.
Y hubo muchas más que desde la clandestinidad, coordinaron redes, transportaron mensajes, sostuvieron la resistencia y arriesgaron todo para que México sea libre hoy. Sus nombres no están en letras doradas, pero sin su valentía, nuestra Independencia habría sido imposible.
A 215 años de distancia, hoy la historia abre un capítulo inédito gracias a la revolución democrática y pacífica de la Cuarta Transformación. Por primera vez, como Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, una mujer encabezará el Grito de Independencia. Este hecho es símbolo de la transformación de México, donde ya se reconoce la igualdad sustantiva. Así, las cadenas que en otros tiempos acallaban las voces femeninas, hoy se rompen con fuerza, proyecto y dignidad.
Por otra parte, la Independencia es el acto conmemorativo de una tarea diaria, porque la libertad y la soberanía, se construyen en lo cotidiano: son heroínas y héroes las campesinas y los campesinos que cosechan los alimentos que llegan a nuestras mesas; las maestras y los maestros que forman a nuevas generaciones; las médicas y médicos que salvan vidas; las trabajadoras del hogar que sostienen con dignidad el espacio familiar; las obreras y los obreros que impulsan la economía; las juventudes que con creatividad y esfuerzo forjan el futuro, cada oficio y profesión que dan fuerza a nuestra nación. También lo son nuestras hermanas y hermanos migrantes, que lejos de su tierra, trabajan con sacrificio para enviar esperanza de vuelta, demostrando la grandeza de su país desde el extranjero.
Que hoy, el Grito de Independencia no sólo sea un eco del pasado sino un compromiso del presente: un México más justo, igualitario y soberano. Que este 215 aniversario nos recuerde, que todas y todos, desde nuestro propio lugar, somos parte de la transformación de la patria, y que al gritar "¡Viva México!", honrando a quienes nos dieron patria y libertad, nos reconozcamos como los héroes y heroínas que a diario hacemos lo que nos toca, por la grandeza de nuestra nación.
Consejera jurídica de la Presidencia






