La semana pasada conmemoramos el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia y como todos los años, además de recordar a grandes mujeres que han contribuido a grandes avances científicos y tecnológicos en la historia, resulta importante tener presente por qué se debe seguir conmemorando cada año este día.

Primero que nada, la transformación digital, la innovación en procesos y productos, así como las nuevas tecnologías son elementos que aceleraron su crecimiento a partir de la pandemia y que actualmente han permitido que millones de organizaciones alrededor del mundo continúen funcionando. Sin embargo, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, es posible que el impacto de la pandemia en mujeres que se desempeñan en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) haya sido mayor, incrementando la brecha de género a niveles incluso mayores que los prepandemia.

Los números no han cambiado mucho; este año la ONU informó que, a nivel mundial, únicamente 33% de investigadores son mujeres, mismas que reciben menos fondos y presupuesto y además son menos propensas a ser promovidas. Asimismo, las mujeres representan sólo 22 por ciento de los profesionales que trabajan en inteligencia artificial y 28 por ciento de los graduados en ingeniería. Tal como lo dice la ONU, estas disparidades limitan nuestra capacidad para encontrar soluciones inclusivas y sostenibles a los problemas modernos y construir una mejor calidad de vida para todos.

Y es que la conclusión y la prospectiva de diferentes organizaciones y especialistas son las mismas: Mientras más mujeres se integren y se desempeñen en carreras STEM, mejor le irá al crecimiento económico de los países.

De entrada, hablando sobre trabajos en general, McKinsey & Company prevé que si se toman medidas ahora para mejorar la paridad de género para 2030 (incluidas inversiones en educación, planificación familiar, salud materna, inclusión digital y financiera, así como corrección de la carga del trabajo de cuidado no remunerado relacionado con el cuidado de niños y los ancianos), se podrían agregar 13 billones de dólares al PIB mundial. Esto también derivaría en la creación de cientos de millones de nuevos puestos de trabajo para mujeres en todo el mundo. En México, si se cerrara la brecha entre la participación entre hombres y mujeres, el ingreso per cápita sería 22% más alto en México.

En tanto, hablando sobre las carreras STEM y tomando ejemplos como Europa, lograr la igualdad de género en estas carreras podría sumar 1.2 millones de puestos de trabajo y entre 610,000 y 820,000 millones de euros al PIB de Europa para 2050. En KIO Networks estamos orgullosos de contar con mujeres especializadas en carreras STEM que todos los días contribuyen a que podamos ofrecer las mejores soluciones y servicios en tecnología para mejorar la vida de las personas.

El camino es claro y las acciones a llevar también, si todos ponemos de nuestra parte, organizaciones, academia, empresas y gobierno, continuaremos empoderando a niñas y mujeres, apoyándolas a incursionar y crecer dentro de las profesiones STEM y de esta manera, asegurar que las próximas generaciones nos lleven a más avances, nuevos descubrimientos y caminos para un mejor futuro.

 Directora Corporativa de planeación estratégica, comunicación y recursos humanos.

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