El cambio climático es ya una realidad que afecta al mundo entero y desde luego a México, donde hemos sido testigos en días recientes de inundaciones múltiples, lluvias torrenciales, sequías extremas, huracanes, desgajamiento de cerros con la consecuente destrucción de viviendas en zonas pobladas, incendios de bosques, ruptura y desbordamiento de presas originados por fuertes lluvias, socavones enormes y pequeños en ciudades de diversos estados. De lo que poco o nada se ha hablado es de las políticas de México frente al cambio climático.  

Los gases de efecto invernadero siguen aumentando, lo que hace el mayor daño a la atmósfera y acelera el cambio climático, con el consecuente deterioro ambiental y ecológico. Crece también el uso de combustibles fósiles, gasolinas producidas con petróleo o combustóleo; se mantiene igualmente la utilización del carbón, a la vez que crece la producción de petróleo. No existe o no hemos visto cuál es el compromiso de México para disminuir los gases de efecto invernadero —por el contrario sigue creciendo—, mientras en el mundo la mayoría de los países de alto y mediano desarrollo se comprometen a disminuir hasta dejar de utilizar los combustibles fósiles que convierten el cambio climático en un peligro planetario. Y también países de menor desarrollo están planteando programas para disminuir los gases de efecto invernadero, por ejemplo el compromiso y la política de Jamaica.  

Lamentablemente, lo que hemos visto en México son políticas públicas para atender sólo los desastres, cuando son necesarias también políticas públicas a nivel nacional para evitar que siga creciendo el cambio climático y con ello los desastres ecológicos: reducir hasta eliminar en un breve plazo los combustibles fósiles, con el objetivo de contribuir a que el planeta no llegue a un calentamiento más allá de 1.5 grados celsius en los muy próximos tiempos que cada vez son más cortos. ¿Las políticas de México seguirán aferradas a combustibles fósiles? ¿Cuáles son los compromisos?

Ciertamente los países más desarrollados son los que más contaminan. Los principales son Estados Unidos y China que han comprometido políticas para disminuir los gases de efecto invernadero, el primer responsable de los desastres ecológicos cada vez más frecuentes y que ocasionan catástrofes: glaciares se derriten por el calentamiento de las aguas y ocasiona que los mares crezcan y pongan en peligro las tierras cercanas y las islas.  

Como en el mundo entero, acá la calidad del aire se sigue deteriorando, en particular en la Ciudad de México y en el Estado de México, por el uso de combustibles fósiles que se mantendrá con la producción de gasolinas; diésel con la utilización de combustóleo para producir gasolina,  y se deteriorará aún más con la llegada al país de carros chocolate provenientes de EU y autorizados ya por el presidente López Obrador. La quema de carbón, el petróleo y el gas están calentando el planeta, contribuyen también la refinería de Dos Bocas y las otras refinerías que se pretende echar a andar. ¿México continuará por ese camino?  

México es uno de los países más vulnerables frente al cambio climático, por su ubicación geográfica, por topografía, por tener una red hidráulica particularmente frágil frente a grandes daños, por eventos hidrológicos o ecológicos extremos: inundaciones, tormentas, huracanes, etc. El cambio climático es ya una realidad: en los últimos 30 años México ha sufrido pérdida de 50 especies animales, 40 más están en peligro de extinción: 10% de aves, 25% de mamíferos y 30% de los anfibios.

LO QUE SE ESPERA DE LA REUNIÓN.

El próximo 31 de octubre y hasta el 8 de noviembre se reunirá la Conferencia sobre el Clima, COP 26 en Glasgow, Escocia. Se esperan 20 mil asistentes, entre jefes de Estado, diplomáticos y activistas que se reunirán de manera presencial para establecer nuevos objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que producen el petróleo, la quema de carbón y el gas.

 Destacan varios objetivos de la reunión auspiciada por Naciones Unidas: gobiernos y el sector privado se comprometieron a aportar más de 400 mil millones de dólares en nuevas finanzas e inversiones. Miles de millones se destinarán a energías limpias.  

Sri Lanka, Chile, Dinamarca, Francia, Alemania, el Reino Unido y Montenegro se comprometieron con el Pacto a no usar carbón.  Los países que son parte de la coalición se comprometieron a dejar de conceder nuevos permisos para proyectos de generación de energía con carbón a partir de finales de 2021.

Se afirma que durante el evento se anunciarán varias nuevas iniciativas de asociación con el objetivo de proporcionar y mejorar el acceso a la electricidad fiable a más de mil millones de personas.    

De acuerdo con información de Naciones Unidas, las dos mayores economías del mundo se comprometieron a adoptar medidas climáticas más ambiciosas.  

El presidente de EU, Joe Biden, anunció que aumentaría significativamente su financiación internacional para el clima hasta alcanzar unos 11 mil 400 millones de dólares al año. El presidente de China, Xi Jinping dijo que pondría fin a la financiación de centrales eléctricas de carbón en el extranjero y reorientaría el apoyo a la generación de energía verde y baja en carbón.

África, en la semana del clima estimula la acción regional. El anfitrión fue Uganda y 1,600 personas se reunieron virtualmente durante varios días para explorar soluciones ambiciosas contra el calentamiento global.  

El Banco Mundial, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa para Medio Abiente, la FAO y líderes mundiales se comprometieron a reformar sistemas alimentarios.  

Finalmente, expertos del Grupo Intergubernamental en Cambio Climático afirmaron que apenas queda tiempo para revertir el calentamiento global provocado por el hombre.  

Periodista, analista internacional