En el centro del último debate presidencial entre los candidatos demócrata, Joe Biden, y el presidente Donald Trump del Partido Republicano, destacó el tema del coronavirus y la crisis económica que lo acompaña. Tema difícil, por el que culpó nuevamente a China, pero fue más allá y afirmó que sin él, sin sus decisiones políticas, muchos más hubieran muerto. Pretendió así evadir la responsabilidad que le corresponde por las consecuencias de su tardía actuación, desestimando el peligro del avance de la pandemia.

Estados Unidos, con el 4% de la población mundial, tiene el 20% de los muertos y ocupa el primer lugar mundial de la pandemia, aun siendo la mayor potencia económica y contando con especialistas destacados mundialmente. Trump le dio un giro al tema para salir del crítico debate, recordando que él enfermó de coronavirus y lo derrotó. Queda, sin embargo, la imborrable cifra de más de 200 mil muertos. Biden abordó el tema desde la empatía con las familias que han perdido a sus seres queridos, desde el drama humano y la incapacidad presidencial demostrada.

Políticas migratorias de Estados Unidos abrieron cruda polémica en el debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump. En el centro estuvieron dos temas candentes sobre políticas migratorias severas impuestas por el actual gobierno. En primer lugar estuvo la separación que prevalece desde 2018 de niños arrancados de sus padres al ponerse en marcha la política de Cero Tolerancia. Hoy todavía hay 545 niños que no encuentran a sus padres tras haber sido separados de ellos al intentar entrar a EU buscando asilo, sin que el gobierno tuviera registros de quiénes eran y a dónde fueron enviados, mientras los padres eran deportados o enviados a otro estado. La reacción de Trump fue que estaban muy bien atendidos y que los lugares donde se encuentran son muy limpios.

La reacción de Biden fue totalmente distinta, centrada en el sufrimiento de los niños, muchos de ellos menores de 5 años, y los padres. Trump insistió en que los niños habían sido llevados a EU por coyotes y traficantes. Biden replicó que eso era mentira, que fueron arrancados de sus padres y puso el énfasis en la única verdad: la crueldad de la medida, el dolor de padres e hijos y la incapacidad del gobierno para unificarlos porque ni siquiera pudo rastrear a dónde habían ido a parar los padres y los niños. El presidente candidato quiso quitarse el problema, desestimando el drama afirmando que estaban en lugares limpios y bien atendidos, sin que planteara solución al problema mismo. Biden insistió en el drama ocasionado.

En torno al tema de la migración, no podía faltar el argumento de Trump en el sentido de que ya se habían levantado “hermosos” muros a lo largo de 400 kilómetros en la frontera con México, siendo ésta ya más segura. El problema es que también ahí hay un tema que deberá ser revisado por la Corte, ya que no se puede hacer (o continuar haciendo) transferencia de presupuesto del Ejército para construir el muro.

El otro tema abordado fueron las políticas migratorias severas que han obligado a decenas de miles de migrantes a esperar en México mientras se tramitan sus solicitudes de asilo, política contraria a la Ley de Inmigración y Nacionalidad, al violar la prohibición de enviar a los refugiados a países peligrosos de los que procedían los migrantes. El tema quedó congelado desde el mes de marzo en la Corte Suprema. El pasado lunes 19, tres días antes del último debate Biden-Trump, la Corte acordó abordar el tema pendiente. México, bajo presión indebidamente aceptó esa política creando zonas extensas en las fronteras con Estados Unidos donde la catástrofe humanitaria está presente día con día, en condiciones de hacinamiento, de contagios, de magra alimentación, y ahora con la entrada del frío de la temporada invernal, será mucho mayor el drama fronterizo.

“Estados Unidos es un país exhausto después de tres años de división, racismo, discriminación”, afirmó Joe Biden, quien reiteró que gobernará para los estados rojos y azules, es decir demócratas y republicanos, para todos los estadounidenses y las minorías. Planteó la necesidad de acabar con los indocumentados, dándoles un camino hacia la documentación y la ciudadanía, son gente que vive ahí, trabaja y que paga impuestos. Apoyó a los jóvenes que llegaron siendo niños, aseguró que mantendrá el DACA, los Dreamers dejarán de ser amenazados con finalizar sus permisos de trabajo o estudios y ser deportados, reconociendo sus aportaciones.

Finalmente regresando al coronavirus, Trump insistió en que habrá que abrir el país, acabar con el confinamiento, precisamente cuando golpea al mundo entero la segunda ola de coronavirus y con el invierno en puerta. Para Biden hay que tener en cuenta lo que ocurre en otros países, y abrir poco a poco, tomando en cuenta experiencias propias y ajenas. La vacuna no estará lista pronto, ni será una solución mágica e inmediata.

Un último debate y dos políticas frente a frente. Las elecciones en Estados Unidos tendrán lugar en 11 días. Para México tienen una enorme importancia, dada la vecindad, la complejidad de las problemáticas, el valor de una buena, respetuosa y cooperativa relación, así como el fin de las presiones para aceptar por parte de México lo inaceptable.

Periodista, analista internacional

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