No ha podido. No ha querido. O ambas cosas. Por eso, Claudia Sheinbaum es la presidenta de derecho y Andrés Manuel López Obrador es presidente de facto. Durante 15 meses han mantenido esa situación. Nada apunta a que en 2026 vaya a darse un cambio.
La justificación del continuismo es que gobierna el morenismo. La realidad es que quien ejerce el poder. Casi total que ha alcanzado ese partido, es su creador. Es su propiedad. Y no la va a soltar a ningún precio.
Todos y cada uno de los que han ocupado un puesto de mando en cualquier nivel por decisión del huachicolero de la política, se lo deben a él. Sólo a él obedecen. Ante él se arrodillan. Incluida Claudia Sheinbaum. Aunque lo nieguen. Las evidencias abundan.
Su sucesora no ha cambiado nada realmente significativo para establecer una diferencia. El estilo. Discurso. Formas. Pautas. Modos establecidos por él, son seguidos ciegamente por ella. Son idénticos. Prácticamente lo mismo.
En el priísmo y en cualquier otro ismo partidista del mundo, puede gobernar una sola ideología, pero invariablemente el relevo en la cúspide trata de ser distinto. No importa si es para bien o para mal. Detesta ser igual.
Con el morenismo, la única distinción que se ha visto hasta hoy es de género. La de un pantalón y una falda. Lo que establece incluso la relación hombre-mujer histórica. Tradicional. Habitual. Machista. De dominación-subordinación.
En el tiempo que lleva al frente del país, Claudia Sheinbaum ha dado sobradas muestras de que se siente cómoda con la sombra. Los ojos. La perversidad de AMLO encima. Estar sin SER. Sin pertenecerse. Sin ser soberana de su propio yo.
Penoso. Triste. Lamentable. Antihistórico papel.
Mandar obedeciendo a uno solo le ha dado el exiguo resultado de sobrellevar las cosas. Administrar. Prolongar las crisis. Sin tocar ninguna pieza importante para evitar un derrumbe. Incluso el de ella.
Mas, en esa creencia. Rutina. Tónica. Dinámica, muy difícilmente podrá sostener al país. Sostenerse ella. Las presiones internas y externas que enfrenta, y que tenderán a agudizarse, son enormes. La capacidad de resistencia siempre llega a un límite.
La inseguridad, el problema que más agobia al país, no ofrece ninguna expectativa de solución real. Consistente. Duradera. Se mantiene. Sube. Baja mínimamente. Por momentos. Pero es una perniciosa y peligrosa constante. Es un fardo del cual no se librará.
La captura de los chalanes de los verdaderos capos no es suficiente. Omar García Harfuch puede llenar las cárceles de criminales. Pero mientras no sea con los grandes, los jefes, el terror por la criminalidad se incrementará. Se generalizará. Con la certeza de que las autoridades la toleran. Aún si los abrazos.
En ese punto la presidenta no puede. No ha sido capaz de ordenar una investigación contra ningún lopezobradorista notable. No tiene ojos para las faltas conocidas y notorias de muchos de ellos.
Los señalamientos públicos contra Adán Augusto López Hernández y Rubén Rocha Moya de ser narcopolíticos, han sido frecuentes y ella no ha hecho algo para que sean llamados a cuentas.
No lo hará. Los ha protegido. Los encubrirá. Los premiará con nuevas “responsabilidades”. Como lo hizo López Obrador con algunos asaltantes del erario público. Y, además, encubridores. Cómplices de narcotraficantes. No es improbable que él siga siendo la tapadera. Eso no la exoneraría a ella. Por permitirlo.
Así, se puede aventurar que en la misma despreocupación se hallan Alfredo Bedolla Ramírez, Evelyn Salgado, Mario Delgado Carrillo, Marina del Pilar Ávila Olmeda, Américo Villarreal, Alfonso Durazo y un largo etcétera que abarcaría casi toda la nomenclatura morenista. Acatando órdenes de AMLO, tienen rodeada y atada de manos a la presidenta.
Empero, todo el poder de los narcopolíticos. Junto, no es comparable con el que detenta la jefa del Estado. Ella, y únicamente ella, puede contenerlo. Dominarlo. Extinguirlo. Una lección. Un ejemplo, ¡uno!, bastaría para hacerles saber a los criminales públicos que el camino es otro.
La impunidad, que tanto se ufana de haber terminado, empezaría a ser una realidad. Una esperanza de verdadero cambio. Un cambio que no ocurrirá.
Por qué no se atreve a ir contra los narcopolíticos, solamente ella lo sabe. Si hay razones que rebasen su lealtad y fidelidad al ex presidente; pactos de sumisión y compromisos inviolables, nadie puede documentarlos. Pero la especulación es inevitable.
El problema de la inseguridad por la política del sexenio pasado y lo que va del actual, enseña. Evidencia uno de los grandes lastres que Claudia Sheinbaum tendrá que seguir cargando en 2026. Salvo que Trump entre en su rescate. Ella lo desestima. Lo rechaza. Pero nada lo hace imposible.
Otra gran rémora de la que no puede escapar. O no quiere, es la corrupción. Previsiblemente, se mantendrá en la misma dimensión y aún podría empeorar respecto de quien le dejó encargado el país. Reiterará que ese asunto está concluido. Y nadie la moverá de ahí un sólo ápice.
Es absolutamente imposible que se judicialice el involucramiento del ex titular de Marina, José Rafael Ojeda Durán en el contrabando de huachicol. Evitará que sea llevado ante los tribunales. Los sobrinos de ese siniestro personaje, Manuel y Fernando Farías, son intocables.
¿No es evidencia de que la presidenta tiene el firme propósito de proteger los más escandalosos casos de prevaricación?
Puso a salvo al ex presunto criminal aduanero, Alex Tonatiuh Márquez, “Lord Relojes”. Nada ha hecho contra Raúl Rocha Cantú, codueño de Miss Universo. Los corruptos que se han hecho multimillonarios a la sombra del poder público están a salvo. Más, si apoyan a Morena. Si los protege AMLO.
¿Cómo tocar a alguno de los importantes si son parte de la banda criminal más grande que jamás haya existido en el país, encabezada por Andrés Manuel López Obrador?
¿Cabe esperar acaso que los hijos del malévolo, a quienes se ha relacionado una y otra vez con los negocios más escandalosos y rentables, sean molestados? Defenderlos, para la presidenta, es más obligado que ver por los millones de ciudadanos que votaron por ella.
Eso, se puede anticipar, quedará demostrado en la tragedia del Tren Interoceánico. Como “honorífico” durante su construcción, “Bobby” López Beltrán no tendrá que responder por su descarrilamiento, que mató a una docena de inocentes.
Para cubrir ese tema, sólo queda la desvergüenza. Apelar al descarado discurso de la “presidenta” del partido del gobierno, Luisa María Alcalde, quien sin el menos escrúpulo consagró una de las frases del año con esta perla: “En siete años, Morena no ha tenido ni un caso de corrupción. No le ha fallado al pueblo”.
Con esos enormes e irresolubles problemas a cuestas, la titular del Poder Ejecutivo deberá encarar la discusión de la reforma electoral, con la que se tiene en perspectiva dar el último. Definitivo golpe a la democracia. Para convertirla en tiranía. Su partido podrá hacer lo que sea en las elecciones sin ningún impedimento.
Tendrá otra prueba de fuego con las desmedidas ambiciones de algunos de sus aliados, empeñados en concretar la ley esposa para que las cónyuges de gobernadores sean candidatas a sucederlos, junto con la designación de candidatos a cientos de puestos electivos en 2027. El divisionismo está latente.
Por si los problemas internos no fueran suficientes, está en perspectiva inmediata como un reto colosal, la revisión del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, de lo que seguramente el Donald Trump va a sacer el mayor provecho.
Con el ferviente deseo de que sea un poco magnánimo y considerado y en principio no cancele ese tratado, habrá que ver cuáles son las consecuencias para la economía nacional.
Si estas no resultan favorables, el gobierno tendrá través problemas. Las empresas sufrirán. Los trabajadores pagarán los efectos más severos. El clientelismo sobre el que ha gobernado Morena podría colapsar por falta de recursos para cubrir esa monstruosa “política”.
El contexto general actual, que es en sí mismo constituye un gigantesco desafío para la presidenta, será sometido a una prueba de fuego extrema con el campeonato mundial de futbol.
No mentir. No robar. No traicionar, premisas sobre las Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo han desgobernado sin ningún matiz, estarán frente a un desafío sin paralelo en el año que comienza.
Aún si salieran bien librados, no borrarán de la memoria colectiva el hecho incontestable de que han defraudado a México. Lo que, algún día…les cobrará la Historia.
Línea de Fuego
Salvajizar, es el verdadero objetivo de la rebelión educativa que el bruto Marx Arriaga pretende llevar a cabo con la mascarada de humanizar esa función vital del gobierno. Lo peor es que, por no tener ninguna autoridad, dados los vínculos con el narcotráfico que se le atribuyen, el titular de Educación, Mario Delgado, se quede impávido ante la ofensiva de su subordinado y que, la presidenta, con desesperante tibieza, diga que de la actitud de ese mequetrefe depende que siga en el cargo. Basta con suscribir lo que dijo de él “Alito” Moreno para rechazar sus estupideces… Miguel Torruco Garza, nuevo subsecretario de Prevención de la SSC, es un joven político preparado y eficiente. Con experiencia y empuje para innovar y aportar al mejor funcionamiento de las instituciones. Pero como siempre que no le agrada alguien, la escoria morenista tombolera, acordeonera y criminal, ha comenzado a buscar por dónde atacarlo. Lo más ruin es que quiere atribuirle el cargo a la legítima influencia político-económica de su familia…El descarrilamiento del Tren Interoceánico no pasará a mayores. No habrá responsables. Menos los López. Como en el sexenio pasado, no se castiga la incompetencia ni la corrupción. Por el contrario, se premia… ¿No que no hay terrorismo en México? ¿Por qué, entonces, el nefasto gobierno de Rocío Nahle en Veracruz, invoca y usa esa figura para atacar la libertad de prensa?... Al ex dueño de la FGR, Alejandro Gertz, se le está escapando la embajada que le prometieron para que desaloja esa dependencia. ¿Es por eso que ha comenzado a enviar mensajes con sus voceros de que, si no le cumplen, “hablará”? Olvida que, con lo que hizo, lo tienen bien “agarrado”.
¡Que 2026 sea un año venturoso y afortunado para todos!

