Ahora que conocemos los resultados preliminares de las elecciones de este año, porque los resultados finales surgen hasta que los tribunales desahogan todas las apelaciones, quiero compartirles algunas reflexiones al respecto.
Para empezar, me queda claro que la oposición debe ir en alianza si quiere tener oportunidad de ganar. Por ejemplo, en tres de las cuatro entidades donde participaron juntos PRI, PAN y PRD fueron muy competitivos, dos las ganaron y en Tamaulipas estuvieron cerca de hacerlo.
En cambio, cuando compiten por separado se reducen mucho sus posibilidades de triunfo. Esto quedó ejemplificado en 2021, cuando Morena ganó Campeche a pesar de que la oposición tuvo cerca del doble de votos, pero como compitieron por separado perdieron. Juntos tal vez hubieran ganado Colima y Michoacán , pero si se insiste en ir separados prácticamente están condenados a la derrota.
Por otro lado, lamento la baja participación ciudadana del domingo 5 de junio. Por ejemplo, seis de cada diez oaxaqueños no participaron en la elección de su próximo gobernador. La participación ciudadana en Oaxaca fue 20 puntos porcentuales inferior a la registrada en su pasada elección de gobernador realizada en 2016.
En Quintana Roo sucedió algo similar, seis de cada diez quintanarroenses no participaron en la elección de su gobernador y el porcentaje de participación ciudadana se contrajo 14 puntos porcentuales contra la última elección de gobernador.
Esto es muy preocupante porque en Oaxaca y Quintana Roo hay muchas cosas que no están bien y que debemos mejorar, por ejemplo, 62% de los oaxaqueños viven en situación de pobreza y 21% viven en pobreza extrema, es decir, que no tienen los recursos para comer adecuadamente, es un porcentaje de más del doble del promedio nacional. En Quintana Roo la inseguridad es un tema muy preocupante por lo que es muy importante que los ciudadanos participen.
Cuando la participación ciudadana en las elecciones es muy baja, se incrementa el peso electoral de las personas movilizadas por los partidos y gana quien moviliza más gente en lugar de la opción que más se acerque a las preferencias de la ciudadanía.
Esto no es únicamente responsabilidad de los ciudadanos, me pregunto si los gobiernos locales promovieron adecuadamente que la gente fuera a votar, además, noto que la oposición no está generando motivación entre la ciudadanía para que apoye sus candidaturas.
En la oposición necesitamos una propuesta que emocione a la gente y que se sienta mucho más cercana a nosotros o no seremos tan competitivos como necesitamos serlo para 2024.
Recordemos que en estas elecciones y en 2021 diversos medios de comunicación denunciaron como el partido en el poder utiliza de forma nada sutil los recursos públicos para hacer campaña, adquirir votos y que los resultados electorales le favorezcan. Esto volverá a suceder en 2024, en la oposición enfrentaremos al gobierno y todos sus recursos, por lo que tenemos que llegar con una gran ventaja para ganar la elección, una ligera ventaja es más fácil de revertir para el gobierno y todos los que lo apoyan.
No obstante, nos ha faltado ser más autocríticos en la oposición para aceptar las cosas que no hemos hecho bien y así, no desperdiciar las oportunidades para mejorar, especialmente ahora que requerimos de victorias contundentes porque vamos contra todo el aparato del Estado. La manera de mejorar las cosas es ser autocrítico.
El país claramente no va bien, la economía se está contrayendo, la pobreza ha aumentado, la inseguridad está fuera de control, el cuidado de la salud de los mexicanos enfrenta una crisis, en fin. Hay muchas señales de que el desempeño actual de México es el peor en décadas, pero el partido en el poder parece no resentirlo.
En la oposición no estamos logrando comunicar adecuadamente estos mensajes y no estamos leyendo bien lo que la ciudadanía nos demanda.
Me parece que lo que realmente queremos la gran mayoría de los mexicanos es una vivienda digna, mejores ingresos, mejor alimentación, mejores servicios de salud, mejor educación para las familias; el sentirnos seguros en un país en paz. Son cosas de las que no hablamos tanto en los medios o en las redes sociales.
Estamos distraídos con cosas mucho menos relevantes, como la supuesta rifa de un avión, un absurdo decreto para prohibir vapeadores, el apoyo o el rechazo a los regímenes autoritarios de Nicaragua y Venezuela, o si hay que participar o no en una revocación de mandato.
Los temas más importantes han sido sacados del centro del debate y del centro de las elecciones. Desafortunadamente hay una confusión, muchos mexicanos están evaluando las buenas intenciones en lugar de los malos resultados, pero la política no es un acto de fe, no basta tener buenas intenciones sino hay que entregar buenos resultados.
Como última reflexión, quiero recordarnos que los pasados comicios también reflejan cómo millones de mexicanos han dejado la política sólo en manos de los políticos y eso también es algo muy peligroso.
Tal vez la gente no está contenta ni con el gobierno ni con la oposición, pero no debemos olvidar que todos somos responsables de nuestro destino, no tendremos un mejor gobierno ni mejores partidos si los ciudadanos no hacemos algo por conseguirlos.
Como ciudadanos no solo tenemos la obligación de votar, es decir, nuestra participación democrática debe ir mucho más allá del voto, vigilando constantemente lo que hace el gobierno, proponiendo, participando en organizaciones civiles y empresariales que atiendan problemas públicos. Nuestro bienestar y nuestro futuro dependen de que seamos exitosos en vigilar y limitar el abuso del poder por parte de autoridades y agrupaciones políticas, y que construyamos con nuestras manos el país que queremos.
Insisto, la política es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los políticos y el término “idiota” se empleaba en la antigua Grecia para señalar a quienes no se preocupaban por los asuntos políticos. Todos contamos y México cuenta contigo.






