“Estamos al borde del precipicio”, dijo António Guterres, secretario general de la ONU, en referencia al cambio climático. Hay fuerte evidencia de que tiene razón y un ejemplo es que se ha triplicado el ritmo al que se incrementa cada año el nivel del mar por este fenómeno.

El Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas publicó recientemente el informe más completo que se haya realizado sobre el cambio climático, en el que se examinaron más de 14 mil artículos científicos y que concluye con una fuerte alerta roja.

Es inminente que en los próximos años la temperatura promedio del planeta estará 1.5 grados centígrados sobre el nivel de la era preindustrial, lo que significa muy malas noticias.

Actualmente el incremento de la temperatura media del planeta es de 1.1 grados centígrados, y ya estamos experimentando consecuencias. Ejemplo de ello es que debido a la mayor proliferación de incendios, el pago de las aseguradoras por daños ocasionados por incendios se ha multiplicado por más de trece veces en lo que va del siglo XXI.

En 2021, Grecia duplicó la superficie de bosques incendiados al año, mientras que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, alertó que han tenido los peores incendios en la historia de su país. Este fenómeno también ha roto algunos récords en Rusia y la temporada de mayores riesgos por incendios aún no acaba.

Al mismo tiempo pudimos observar inundaciones severas en Alemania y Bélgica, entre otras regiones del planeta. En el Estado de México y otras entidades de nuestro país, por ejemplo, también se registran inundaciones de forma frecuente, lo que es sumamente preocupante.

Todos estos fenómenos se recrudecerán con el paso de los años y será peor para nuestra región, ya que el aumento de la temperatura será más fuerte en América Latina, en comparación con el resto del mundo.

El aumento del nivel del mar durante las últimas tres décadas también ha sido mayor en Latinoamérica que en el resto del mundo, y esta tendencia continuará hacia los próximos años.

Hay que sumar otros desastres que vendrán con el aumento de la temperatura. Por ejemplo, el portal especializado Climate Communication alerta que la productividad del campo mexicano se reducirá entre un 15% y un 50% hacia la segunda mitad del siglo XXI.

Algunos expertos alertan que empeorará la muerte masiva de peces y que esto complicaría mucho el consumo de este alimento; otros aseguran que el consumo del café y del cacao está en riesgo por el cambio climático.

Una de las cosas más alarmantes es que, según algunos expertos, estamos cerca del escenario planteado como inercial para 2021, es decir, que nos encontramos en una situación cercana a no haber hecho mucho para frenar nuestras emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

¿Alcanzaremos los escenarios inerciales para 2050 que auguran un futuro catastrófico?Probablemente no, porque en algunos países y ciudades se está dando una revolución verde. Sin embargo, el problema es que en muchos otros lugares no sólo se mantiene una fuerte dependencia a los combustibles fósiles, sino que se está apostando por ellos hacia el futuro mediante nuevas inversiones importantes y la materialización de plantas de estos energéticos que han demostrado ser altamente contaminantes.

Más alarmante aún es entender que hay muchas cosas que la comunidad científica aún no sabe. Es decir, puede haber circunstancias que desconocemos y que podrían desatar catástrofes mucho peores a las que se han pronosticado. El clima es demasiado complejo por lo que deberíamos de tener muchísimo más cuidado del que tenemos.

Hay impactos que ya son irreversibles, cosas que perderemos para siempre porque no actuamos a tiempo. Millones de personas sufrirán peores consecuencias que las de hoy por el cambio climático, pero aún hay mucho por hacer y debemos de evitar, a toda costa, los escenarios más catastróficos.

Esta década, de 2020 a 2030, es nuestra última oportunidad para no rebasar un calentamiento global de 1.5 grados centígrados. Debemos reducir a la mitad nuestras emisiones contaminantes y dejarlas en cero para 2050. Es más, ahora necesitamos capturar más GEI de los que emitimos para 2050, si queremos mantener esta meta que es más necesaria que deseable.

En noviembre de este año se celebrará la COP26, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Los gobiernos tienen que actuar enérgicamente y aquellos que no lo hagan seguramente serán fuertemente sancionados hacia los próximos años por no reducir sus GEI, mientras que sus poblaciones pagarán las consecuencias.

Sólo tenemos un hogar como humanidad. Está en nuestras manos salvarlo y mantenerlo tan agradable como lo conocemos hoy en día.

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