Esta semana, el INEGI publicó la Estadística de Transporte Urbano de Pasajeros con corte a julio de 2022, en la que se puede ver cómo los sistemas de transporte masivo en México están lejos de recuperar el nivel que tenían antes de la pandemia. Les quiero hablar de ello aprovechando que es el Día Mundial Sin Automóvil.
Los sistemas de transporte público de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) movían más de 180 millones de pasajeros cada mes antes de la pandemia.
En mayo de 2020, únicamente movieron a 36 millones de pasajeros, fue el punto más bajo y desde entonces se han estado recuperando, pero en julio de 2022 movieron a 138 millones de pasajeros, un déficit superior a los 40 millones de pasajeros en comparación con los registros previos a la pandemia.
Los sistemas de transporte público en Monterrey también pasaron de mover a más de 19 millones de pasajeros al mes antes de la pandemia a 16 millones en la actualidad. En Pachuca se redujo el número mensual de pasajeros de 2.5 millones a 1.5 millones y en Querétaro de 450 mil pasajeros a 250 mil aproximadamente.
Únicamente en Guadalajara el transporte público ahora mueve más pasajeros que antes de la pandemia, pues pasaron de registrar 13 millones de pasajeros mensuales a 15 millones en la actualidad.
Algo muy interesante sucede en Monterrey y en la Ciudad de México, donde el Metro ha destacado por su contracción en el número de pasajeros.
En el caso de esta zona metropolitana de Nuevo León, el Metrorrey registra una contracción de 26% en el número de pasajeros mientras que los sistemas de transporte por camiones grandes como el Metrobús, el Transmetro y la Ecovía ahora transportan 3% más pasajeros que antes de la pandemia.
En la Ciudad de México, el Metro ahora transporta 40% menos pasajeros que antes de la pandemia, mientras que el Metrobús, el RTP y el Trolebús se han contraído en sólo 6 por ciento.
A pesar de que la gravedad del COVID-19 se ha reducido y han aumentado los encuentros y las actividades presenciales, hay mucha gente que sigue trabajando de forma remota total o parcialmente y muchas otras actividades mantienen un alto porcentaje en línea, como algunas consultas al médico o con un terapeuta.
El mundo se ha acostumbrado a las ventajas de hacer algunas actividades sin tener que desplazarse, especialmente en horas de mucho tráfico.
Esto puede estar detrás de la reducción del uso del transporte público, pero hay otros factores como el incremento de vehículos de micromovilidad como bicicletas o scooters, además de un mayor traslado en automóviles, lo cual podría empeorar la contaminación y el tráfico en las grandes ciudades.
El automóvil es una herramienta maravillosa y que debemos seguir usando, el problema está en el exceso de su uso, pues el motor, la cajuela y los asientos vacíos ocupan muchísimo espacio para mover a una o dos personas. Esto provoca que las calles se saturen y haya una fuerte congestión vehicular.
En cambio, el transporte público traslada a más personas en menos espacio. En concreto, un autobús de 10 metros de largo puede llevar a 50 personas o más, es decir, con esos 10 metros sustituyes a 34 automóviles que abarcan una fila de 60 metros, y eso sin contar el espacio que deben mantener entre un vehículo y otro para no chocar.
Un metrobús de 18 metros de largo puede sustituir a 107 automóviles que hacen una fila de 190 metros de largo, nuevamente sin separación entre cada automóvil.
Si queremos reducir el tráfico lento en las grandes ciudades necesitamos más y mejor transporte público, digno, seguro y de calidad. Los automóviles deben mantenerse para los viajes donde son muy útiles, por ello, alrededor del mundo se fomentan proyectos como el Día Mundial Sin Automóvil, para hacer conciencia de todo esto.
Fuera de México, la institución financiera ING Groep publicó este verano un estudio donde encontró que en Europa el transporte público tiene una recuperación de 80% de los niveles previos a la pandemia, pero es muy desigual entre países.
En Francia, Alemania y Austria, el transporte público ya superó los niveles previos a la pandemia, pero en el Reino Unido, Estados Unidos y Países Bajos aún se encuentra muy por debajo.
El estudio de ING argumenta que el Reino Unido y Países Bajos son economías con muchos servicios que pueden realizarse de forma remota, algo que es menos común en Francia.
Por otro lado, S&P Global Ratings publicó este verano un estudio donde argumenta que el transporte público en Estados Unidos recuperará el 75% de sus niveles previos a la pandemia hasta 2025 y puede que el Transporte Metropolitano de Nueva York no recupere su nivel de pasajeros previo a la pandemia hasta 2035.
Además, S&P Global Ratings argumenta que, además del trabajo remoto, preocupaciones de seguridad y salud por contagios mantienen a mucha gente alejada del transporte público. Tal vez por ello en Monterrey y la Ciudad de México se ha recuperado más el transporte en autobuses que en los sistemas de transporte masivo del metro.
Estos estudios nos ayudan a recordar que debemos impulsar el transporte público en las grandes ciudades, no obstante 70% del presupuesto en movilidad en México es destinado a los automóviles.
Si queremos ciudades más prósperas y agradables para vivir, necesitamos dotarlas de un transporte público de calidad.
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