Esta semana regresé de un viaje a Washington y Nueva York donde fui invitado como conferencista en un congreso de desarrolladores inmobiliarios, además tuve diversas reuniones con centros de investigación especializados en temas urbanos y expertos en la relación México - Estados Unidos. Todos ellos me compartieron su percepción sobre México y se las quiero compartir.

En Estados Unidos lamentan que ambos países no estemos aprovechando las oportunidades que se están presentando en la relación bilateral.

En medio del conflicto comercial entre Estados Unidos y China, hay muchas empresas norteamericanas, chinas y de otras nacionalidades que están buscando reubicar sus plantas productivas de Asia a nuestra región para seguir vendiendo productos e insumos a Estados Unidos.

Además, los desastres naturales han interrumpido los flujos en las cadenas de proveeduría internacionales, lo que ha frenado el comercio. Pasó con los Tsunamis en Asia, algunas sequías y en mayor intensidad con la pandemia del COVID-19.

Esto ha expuesto la importancia de contar con proveedores más cercanos a los puntos de venta, en lugar de tener muchos abastecedores dispersos por todo el mundo, fenómeno que se conoce como Nearshoring y ha aumentado la necesidad de mudar plantas productivas cerca de Estados Unidos.

Esto representa una gran oportunidad para atraer inversión a México y crear muchos empleos bien pagados para los mexicanos, pero en Estados Unidos tienen la impresión de que en México sorprendentemente no estamos haciendo casi nada para aprovechar la coyuntura.

Por otro lado, tuve la oportunidad de platicar con la Asociación Nacional de Restaurantes de los Estados Unidos y me contaron que aún tienen registrados 800 mil empleos menos de los que había antes de la pandemia y no están seguros de que esos puestos de trabajo se vayan a recuperar por varias razones, entre ellas, porque muchos trabajadores del sector se pusieron a estudiar y adquirir habilidades durante la pandemia y ahora ya no quieren regresar a trabajos que consideran mal pagados y estresantes.

Esa coyuntura podría ser una oportunidad para llegar a un arreglo entre México y Estados Unidos para activar un programa de visas temporales a trabajadores mexicanos, que no estarían compitiendo ni quitando el trabajo a ciudadanos estadounidenses, lo que representaría en un beneficio para ambos países.

Especialmente ahora, que el incremento de la migración ilegal es un tema que preocupa al gobierno del presidente Biden, en la víspera de las elecciones de las dos cámaras legislativas federales de noviembre de 2022, en donde el partido demócrata podría perder la mayoría si no mejora la situación migratoria.

Por ejemplo, las autoridades estadounidenses detuvieron a más de 1.7 millones de migrantes a lo largo de la frontera con México durante el año fiscal 2021, que terminó en septiembre. Es un récord histórico y una cifra muy superior al promedio de arrestos que se habían mantenido por debajo de 500 mil desde 2010.

Por último, quisiera resaltar que la mayor preocupación de los estadounidenses con respecto a México, es el respeto de nuestro gobierno a los tratados internacionales, a nuestras propias leyes y a las inversiones extranjeras en suelo mexicano, especialmente las estadounidenses.

Les preocupa que haya una enorme diferencia de su visión con la de nuestro gobierno respecto a la transición energética de los combustibles fósiles hacia las energías renovables, en un momento donde México parece ir en la dirección opuesta.

El presidente López Obrador se reunirá este 18 de noviembre con su homólogo estadounidense. En una plática honesta, las preocupaciones que me dijeron a mí también se las transmitirían a él.

Espero que esto ayude a generar en nuestro gobierno el sentido de urgencia por aprovechar las oportunidades que estamos desperdiciando y no regresarán, porque una vez que las inversiones se muevan de Asia a lugares más cercanos a Estados Unidos, ya no volverán a moverse hacia México y eso significa perder miles de empleos bien pagados para nuestro país.

Para aprovechar esta ventana de oportunidades necesitamos un gobierno proactivo, porque las inversiones no llegan solas. Necesitamos un gobierno que genere confianza.

Con la coyuntura actual, hasta podemos elegir qué inversiones queremos fomentar y cuáles no, lo que nos posibilita traer a México los sectores económicos de más alto valor agregado, que pagan los mejores salarios porque se basan en la economía digital y el conocimiento más sofisticado.

Es dramático que existan estas oportunidades y las estamos dejando pasar porque estamos ocupados en negociar que tanto retrocedemos en lugar de detonar nuestro potencial y conquistar el futuro.

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