Contar con la información adecuada y saber utilizarla nos lleva a tomar mejores decisiones, a ahorrarnos mucho dinero y a mejorar nuestra calidad de vida. Un ejemplo común son los estacionamientos que te ahorran tiempo de estar buscando un lugar porque te dirigen rápidamente hacia donde hay uno disponible.

O lo que sucede en Singapur, donde los ciudadanos también se ahorran tiempo en el tráfico vehicular porque se distribuye y gestiona, en tiempo real, en algunas zonas de la ciudad. Esto se ha logrado a través de sensores y de bases de datos con los que se sabe dónde y a qué hora se incrementará el tráfico, además de cómo poder redistribuirlo.

En Santander, España, llevan años ahorrando mucho dinero en servicios públicos ya que los aspersores automáticos no riegan los jardines cuando ha llovido; y los camiones de basura optimizan sus rutas mediante un sistema de sensores que indica cuáles son los contenedores que necesitan vaciarse.

Estos ejemplos nos dicen mucho del potencial de la ciencia de datos y sus posibilidades para ser combinada y complementada con otras innovaciones. En el caso de México, cuando se le solicitó a la Secretaría de la Función Pública una base de datos abierta, pública, con toda la información de las declaraciones patrimoniales de los servidores públicos, ésta se negó con el argumento de que le tomaría 221 días naturales elaborarla; y que le costaría $1,560,000.00 de pesos hacerlo. Como respuesta, la organización Data Cívica publicó de forma gratuita una base de datos fácil de usar, con todas las declaraciones patrimoniales de todos los servidores públicos, en el sitio llamado

”, gracias a que aprovechó las nuevas tecnologías para obtener y procesar datos, herramientas muy poderosas para sacarle mayores beneficios a la información con la que ya contamos.

Hace poco platiqué con Georgina y Óscar del equipo de Data Cívica, sobre la importancia de generar, procesar y aprovechar correctamente los datos. Y es que en su organización perciben los datos como herramientas para la defensa de derechos humanos y el empoderamiento ciudadano; revelan datos que detonan cambios; desarrollan herramientas para hacer más accesible la información para todas y todos; y capacitan tanto a personas como a otras organizaciones en la generación y el uso de los datos.

Me comentaron que hay muchas iniciativas y organizaciones que generan información pero no la documentan, mientras que otros la documentan pero no tienen las capacidades para aprovecharla mejor. Por ejemplo, mencionaron que han trabajado con quienes llegaron a tener información documentada inicialmente en una servilleta o en una simple hoja, además de que no siempre se captura y digitaliza correctamente esa información.

Esto es terrible porque se trata de iniciativas que defienden los derechos humanos, buscan personas desaparecidas o quieren mejorar la educación y capacitación de los más vulnerables, por lo que necesitamos que puedan usar las mejores herramientas para conseguir sus objetivos.

Data Cívica encontró que más de una tercera parte de las organizaciones de la sociedad civil no cuentan con alguien dedicado específicamente a resguardar la información interna que generan.

Para transformar la realidad necesitamos entenderla, y para ello necesitamos mejor información. Debemos incrementar nuestras capacidades para documentar mejor la información, con herramientas digitales, pero no basta con tener los datos de forma electrónica: debemos enseñarnos también a procesarlos y saber qué hacer con ellos.

Otra cuestión muy curiosa que les ha sucedido es que han ayudado a que el gobierno sea más transparente y mejore la información que publica. En ocasiones, el gobierno publica datos incompletos o es muy deficiente para ser utilizada por la ciudadanía. En Data Cívica han tomado de base los propios datos del gobierno para cuestionarlo y muchas veces el gobierno se defiende argumentando que esa información es incompleta o que tiene otros datos complementarios. Es por ello que Data Cívica, entre otras iniciativas ciudadanas, también ha exigido a través de peticiones de información establecidas en la ley que publique esa otra información complementaria. Así, el gobierno se ve obligado a ser más transparente.

Por cierto, ese es un recordatorio de la importancia del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, para que siga contando con autonomía y capacidades para obligar al gobierno a cumplir sus disposiciones.

Hay varios dichos que refieren a la importancia de los datos y la transparencia. Algunos dicen que “lo que no se mide, no se puede mejorar”, mientras que los japoneses van más allá y dicen que “lo que no se mide, no existe”; y también habemos otros que decimos que “el que nada debe, nada teme” y por eso debemos de exigir mayor transparencia al gobierno.

Vivimos en la llamada “era de la información”, por lo que ya no podemos seguir dejando que pasen los años sin que le demos una mucho mayor importancia a la capacidad de buena parte de las y los mexicanos para documentar, procesar y aprovechar esa información. Eso es algo especialmente importante y provechoso en este cambio de época.

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