Antes de frenar la euforia del título preolímpico, de la camada rojiblanca que obtuvo caminando el pase a Tokio 2020 (es bromita lo de Chivas ), es momento de ser serios con las exigencias y dar un paso real en la cultura deportiva.
No, no venderé espejos. No, no inflaré el famoso globo tricolor. No, no me pagan por escribir bien de algo. Sólo es la oportunidad de ser parte de una generación y un contexto ganador.
Me explico: en Japón, se vivirá un torneo de futbol lleno de potencias; de entrada, Alemania, que ha hecho interesantes cosas a nivel juvenil en los últimos años. España, que justo su despertar a nivel de selecciones vino gracias a los jóvenes. Francia, que —hoy por hoy— es la potencia y justo tiene de nuevo una gran camada.
En Sudamérica, de nuevo los eternos candidatos a las medallas saltan a escena. Argentina y Brasil serán tremendos contendientes. Además, el anfitrión, que seguro tendrá muchos factores para hacer un gran papel.
Y aparece el nombre de la Selección Mexicana , que ha ganado el respeto —a nivel juvenil— como una de las que mejor trabajan y suelen competir en los últimos 15 años.
Tenemos que sumarle que, en un verano cargado en el que se jugarán la Eurocopa, la Copa América y la Copa Oro , las grandes figuras tendrán como prioridad sus torneos continentales. Tanto Argentina, Brasil, Francia, España y Alemania viven cambios generacionales muy interesantes; de hecho, algunos titulares de la selecciones mayores tienen menos de 24 años de edad y no irán a Tokio por estar en el verano concentrados.
Un caso es Kylian Mbappé , quien es menor a esa edad y jugará por el título europeo; después de eso, a vacacionar.
Eso no le sucederá a México, que ha manifestado en todos los niveles la prioridad olímpica. Así que si juntamos a la generación que tiene más minutos profesionales en la historia, jugadores de Selección Mayor que dan la edad y los tres refuerzos, la Selección Mexicana será candidata a ganar la competencia y la obligación será traer una medalla.
Así de real es la cosa que Yon de Luisa tendría que salir a mandar el mensaje de que están obligados a ganar una presea y justo empezar a cambiar el chip.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A la medalla presupuestada en el contingente mexicano que nos representará en Tokio.
