Ayer, en el programa REC , que hago de lunes a viernes con Carlos Albert, Gerardo Velázquez de León y Luis Castillo , empezamos a hablar de la cancelación del juego de la NFL este año, por las razones obvias del virus que nos sigue pegando con todo.

Ahí salió el comparativo de cómo operan el inmueble cuando viene el show de Estados Unidos y cómo se opera en la Liga MX . Justo cuando argumentábamos por qué sí se pueden cumplir ciertas condiciones mínimas que evitan piraterías, puestos de comida no sanitizados, así como venta de alcohol de forma ilegal, nos damos cuenta que querer es poder.

 

Empezamos a revisar los otros estadios de nuestro país y encontramos muchas similitudes, menos en los de Chivas, Monterrey y Santos, los más modernos, que —dentro de sus nuevas estructuras— lograron limpiar sus alrededores y meterlos en una dinámica más eficiente para mejorar las experiencias de sus aficionados, algo que está muy lejos de que se pueda vivir en la mayoría de nuestros centros de entretenimiento.

Por esto, salió el tema de que Enrique Bonilla tampoco ha hecho algo por este asunto. En su preocupación por cumplir la desaparición del Ascenso , ha descuidado funciones elementales de su gestión, y me temo —incluso—, que le vale un cacahuate mejorar las experiencias.

Una asignatura pendiente para quien venga en lugar del actual presidente de la Liga será homologar un cuaderno de cargos para que las experiencias y requisitos mínimos se cumplan. Además, le pusimos actitud a un tema mito que se sigue promoviendo en nuestros medios de comunicación, y más los que laboran para la empresa dueña del lugar.

Nos los siguen vendiendo como un templo inmortal, un recinto histórico, que asusta e impone a cualquiera, pero se les ha olvidado que sus adecuaciones han empeorado las vistas y los espacios para disfrutar de los eventos.

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Hay algo que se debe decir con todas sus letras, aunque el valor simbólico pese mucho: el Coloso de Santa Úrsula no debería ser sede del Mundial 2026 , ya que no cuenta con los mínimos requisitos de los estadios mundialistas. Para muestra, la remodelación de Maracaná para Brasil 2014 o el Luzhniki en Rusia 2018 . Tiempo y presupuesto no alcanzarían.

¡Bienvenidos, bienvenidos! A ese día en el que nos damos cuenta de algo que duele decir, pero hay que hacerlo: el Estadio Azteca es obsoleto.

@EnriqueVonBeas

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