Antes de que se tiren de cabeza y empiecen a reclamar el liderato , dejen expongo los dos puntos claves y medulares de mi idea.
Previo a eso, les menciono el contexto: Ayer en Reacción en Cadena debatía que el América sigue siendo el único equipo que, con 10 jugadores en la cancha y ante las adversidades, siempre sabe cómo ganar. Además, argumenté que el trabajo de Santiago Solari es sobresaliente. No importa la nómina o el plantel, o las lesiones, su efectividad de triunfos es muy alta y hoy lo tiene merecidamente en la cima.
También es cierto que ha enfrentado a rivales a modo, pero —en el caso del ADN americanista — da igual el adversario.
Explicado el contexto, los dos puntos que hoy son muy ciertos para todo el americanismo y que no me dejarán mentir son los siguientes:
1.— Sus refuerzos son de bajo perfil, cumplidores, pero no tienen reflectores; es decir, futbolistas económicamente más accesibles para formar una plantilla. Muy al estilo de los equipos medianos hace unos años.
O lo que es lo mismo, hoy el Ame compite contra los regios como antes los hacían el Toluca, Santos, León , y otros ante el Ave de las Tempestades. Dejaron de ser el proyecto de los mejores refuerzos.
2.— Justo entendiendo ese punto, hoy en el América no existen jugadores como Cuauhtémoc Blanco, Salvador Cabañas, Christian Benítez, Antonio Carlos Santos, Zague, Iván Zamorano, Claudio Piojo López, Kléber Boas y un largo etcétera.
Han dejado todo en la imagen de Guillermo Ochoa para competir la popularidad contra los grandes goleadores de los tres equipos mandones en ese renglón: Rogelio Funes Mori en Monterrey, Jonathan Cabecita Rodríguez en Cruz Azul y evidentemente André-Pierre Gignac en Tigres.
Además, estos clubes cuentan con dos o hasta tres jugadores más mediáticos que cualquiera de El Nido.
De ahí la importancia que, ante la inminente salida de Sebastián Córdovan y el poco tiempo que estuvieron Edson Álvarez, Diego Lainez y hasta Guido Rodríguez, al América le urge un motor mediático, de los que acostumbró durante tantos años, que ayude a conectar con la tribuna. Hoy, todo el entorno lo sabe.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A los días del común y corriente América.







