“En el psicoanálisis, la asociación libre es el método descrito por Sigmund Freud como la ‘regla fundamental’, constitutiva de la técnica psicoanalítica y que consiste en que el analizado exprese, durante las sesiones de tratamiento, todas sus ocurrencias, idea, imágenes, pensamientos…” Wikipedia.

Me sentiría bastante frívola y banal contando de Fallas, la mayor fiesta en la comunicad valenciana y gran atractivo turístico donde al final todo se quema y que no logro entender por completo. Empezó el día 27 y termina el 19 por lo que hay tiempo de sobra. Entonces, antes de la 6 de la madrugada de ese primer domingo de Fallas, obscuro todavía y con la calle vacía se escuchaba ruido de fondo, palabras indistinguibles no lejos de mi. Salgo al balcón y más de lo mismo. Lo primero que me vino a la cabeza fue la guerra en Ucrania. Como alguien, en el mismo momento, estaría en una situación similar pero con balas de verdad, tonos naranjas que escapan de los edificios, el humo, el terrible miedo. La falta de silencio y los huevos del presidente Zelensky. Yo, así como millones de personas de todo el mundo, con las manos atadas y a merced de un megalomaníaco narcisista quien aparece montado a caballo, descamisado, como en un calendario de aquellos de chicas con poca ropa que hay o había en todos los talleres de México, o tal vez ya no existen porque son políticamente incorrectos. A mí en lo particular me encantan los calendarios, tan útiles para recordar desde fechas especiales hasta el día en que vivo, Lo que me lleva directamente al día de la mujer. A conmemorarse el día 8, a ver qué nos depara. ¿Qué se celebra? ¿Para qué? ¿En verdad es necesario recordarle al mundo entero de nuestra existencia? No. Ya de por si hacemos bastante estruendo. “La mujer”. Imposible generalizar. Además la balanza entre géneros sigue muy desequilibrada ¿Que si hay mayor reconocimiento? Si. ¿Mayor visibilidad? También. ¿Que si falta mucho por hacer? Por supuesto, en todos sentidos. Pero lo que sucede es que el día especial se convierte en escaparate de las divisiones y conflictos que eternamente han existido entre las mujeres bajo el infame patriarcado, pero también fuera de él. Como dio a entender Carol Hanisch en los 70s, lo personal es político, esto es, “el descontento de las mujeres… (es) una respuesta a una estructura social en la que las mujeres son sistemáticamente dominadas, explotadas y oprimidas”. La vida como mujer se vuelve más conflictiva, contradictoria, un dilema constante. Empieza la música. Bandas falleras con su repertorio de marchas típicas que no reconozco y recuerdo a la chica que solía cortarme el pelo quien tocaba el sax en uno de estos grupos, y que un día se hartó y dejo todo sin siquiera avisar. Hizo bien. También se hubiese agradecido saberlo con anticipación. Si yo tuviera veintitantos en este mundo loco loco tampoco querría saber nada por un rato. Ante todo salud mental. Y es que, la verdad, la cosa esta dura, no le veo por dónde. Es imposible hacer planes a menos que sean funerarios, testamentos y similares, tener todo en orden por si las moscas. Por cierto que el otro día me tope en mi departamento con una cucaracha. Viva. Un asco. La bañe con Raid y problema resuelto. Lo que si he notado es que las locales, las valencianas, son cucarachas lentas; en Hong Kong -que son tan comunes- se mueven a la velocidad de la luz y hay que correr tras ellas. Y así, llega el amanecer…

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