Ando muy distraída. No sé qué está pasando conmigo y la noción del tiempo y no me refiero a las horas sino a los días de la semana, del mes. Los números y los días no coinciden. No sé si preocuparme o echarle la culpa a alguien o algo ya que me consta que hay mucha gente en las mismas. Los últimos dos años pasaron como en pausa, pero la pandemia ya no da mucho de qué hablar así que hay que buscar nuevas distracciones o pretextos para no estar tranquil@. Biden, Putin y Ucrania. La notable ausencia de políticos de occidente en la inauguración de las Olimpiadas de invierno. Jesusa Rodríguez. Aquí en España también hay un desmadre por unos votos de no sé qué y unos diputados. Todo se hereda. Y aunque nada de esto afecta mi vida diaria, provoca ansiedad y confusión. O será que tiene que ver con el Año del Tigre, que empezó el día primero, mismo día en que empezó mi estado actual y que sí podría llegar a afectar mi vida diaria. En el calendario chino el tigre es considerado el rey de la selva, tercero en el calendario, de espíritu noble, luchador, vamos, un año como este es bueno para la mayoría de los animales mas no para él mismo. Yo nací en 1962, soy tigre y según esto voy a tener que cargar batería constantemente y esquivar más obstáculos que de costumbre y, mucha suerte a todos los nacidos en 1938, 1950, 1974, 1986,1998, 2010. Kung Hei Fat Choi. Me explico. El viaje a Barcelona. Para empezar, empacada y preparada física y emocionalmente llegue a la estación de tren lista para partir. Hice cola, rayos X al equipaje, todo el numerito. A la hora de checar el boleto ya para abordar, el personal al cargo me hizo notar que mi viaje era al día siguiente. Cosillas así. Como que no calculo bien, pero soy puntual.

Debo confesar que presentarme en el consulado mexicano después de mis comentarios de hace dos semanas me traía algo nerviosa. Afortunadamente no soy tan famosa ni influyente y la realidad es que me fue de maravilla. Salí con pasaporte nuevo en aproximadamente una hora. Con sana distancia y todo tipo de medidas covid, etc. En un lugar lindo. Una hora. Espero que la amabilidad y eficiencia del personal consular no cambie con la llegada de la Sra. Pavlovich y, espero también no tener que ir a Barcelona con el pretexto de arreglar documentos. Esto de viajar “por trabajo”, de ida y vuelta y no por placer es algo que hace tiempo no hago y por la misma razón me hospedé en un hotel a escasos 100 metros del lugar sobre el Pasage de la Bonanova. No quería llegar tarde a mi cita de las 9:45 así que en ese sentido le atiné. Un barrio muy agradable, Sarriá, a pesar de la falta de lugares para comer porque no es una zona céntrica sino completamente residencial, clase media alta, con edificios bajitos y una que otra joyita arquitectónica en las callecitas aledañas además de su propio cementerio. La avenida es ancha y arbolada y me imagino que en otoño debe verse de postal. Barcelona, después de todo, se distingue entre otras cosas por ser el campo de recreo de Gaudí, entre otros.

Una vez terminado lo del consulado me fui a rolarla felizmente en el turibús -un básico de todo itinerario- subiendo y bajando a mi antojo en sitios de interés y, tratando de adivinar la nacionalidad de mis compañeritos turistas. Al día siguiente desperté haciendo planes y no fue sino hasta después del café en que me di cuenta que en realidad era viernes y no habría tiempo para mucho más.

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