Comenta Gabriela Riveros en su reciente novela, Destierros, publicada por Lumen, del grupo Penguin Random House, en junio de 2019, en la Ciudad de México. Y es imposible evitar una reflexión sobre lo que está ocurriendo en nuestro país. Por supuesto que no, no es una novela política; sin embargo, la fuerza de algunas frases inducen a cuestionar sobre la época y la arena movediza en que nos estamos hundiendo. Salimos de un régimen infausto pero cada día las dudas sobre nuestro destino se incrementan. La mayoría de los mexicanos empezamos a sentirnos agredidos y no es que Gabriela señale que las palabras de los políticos en el poder sean huecas y con una carga irónica que lacera, sino que somos los lectores quienes vamos más allá de nosotros mismos y, desde luego, estamos de acuerdo con que, “el futuro es un camino larguísimo.”

Con un estilo suave, mesurado, pero pisando fuerte, Gabriela Riveros, que vive en Monterrey, cuenta los dobleces de mujeres que habitan la historia personal de Julia Urías, una gemela que pierde a su hermana cuando es niña en circunstancias que es mejor que no les cuente, mismas que se convierten en punto de quiebre en una biografía que es un túnel de claroscuros en el que vivir es un reto desesperado. Aparecen su abuela, su madre, su suegra y una mujer de “ojos de lechuza” y pelo alborotado que se convierte en parte de un presente repentino, que al final es una más de las sorpresas que forman parte de la azarosa vida de Julia, una joven que aspiró a ser pianista y tocar como invitada especial en las salas más famosas del mundo. Usted puede pensar que su destino está marcado y que si le toca, aunque se quite; ¿pero si no fuera así?, ¿si el duende destructor de la estabilidad insiste en estar cerca? Julia lleva una vida intensa, creativa y dedicada al piano; sin embargo, por momentos se vuelve insoportable: trae una Julia Mala en su cabeza, que es una voz terrible que marchita las flores. En otros no tiene dudas de que la vida le sonríe, que le esperan tiempos extraordinarios, pero el maldito duende aparece de pronto y le saca su lengua verde; ¿cómo se atreve? Es “la última de las rarámuris.”

Destierros es una novela de momentos y el hilo del tiempo está en un reloj de arena sin arena. Estarán presentes Helena, Julia, Maripaz, una casa grande, una calle, eventos cotidianos, algunos de la historia de Julia: su niñez, la muerte de su gemela, Pedro, su amor de secundaria, la prepa en Monterrey, la academia de música, conciertos donde toca o es público, y otros donde aparecen el poeta Alejandro, el violinista David y el empresario Santiago, que se convierte en su esposo y padre de sus cuatro hijos. Descubrirán un momento en que Julia pierde la perspectiva y despedaza sus ilusiones. Se transforma en una mujer que no puede utilizar su pasado para avanzar en su desarrollo. Sus recuerdos no le sirven. Habita una esfera de incertidumbre que podría ser una alerta para las mujeres contemporáneas, sobre todo para las que pretenden trascender, tengan la edad que sea. Julia se convierte en parte de un modelo de mujer en el que no cabe y lo sufre todo. Poco a poco su universo cambia tanto que cabe dentro de cuatro paredes. Justamente eso es lo que la lleva a salir una madrugada y encontrar un eslabón perdido de su historia. Lástima que no se los puedo contar. Destierros es una novela que se conoce poco a poco. Toparán con el desierto, ese espacio íntimo de los norteños, que une y desune. Que hace vivir y morir. Conocerán Jiménez, un pueblo mágico donde Jaime Labastida fue encontrado por el sol y la luna al mismo tiempo, en un impacto único. En un amanecer cualquiera, Julia ingresará a un nuevo túnel, más oscuro y proceloso que los anteriores: “Dicen que no hay quién vigile los cuerpos vacíos.” ¿Usted qué opina?

Gabriela Riveros es una novelista paciente, una creadora de emociones turbulentas, cada parte de su novela es una pieza colocada en el sitio exacto. Los personajes van y vienen, pero no deambulan: están en busca de algo, de alguien; tal es el caso de Helena. Encontrarán poemas como un efectivo recurso narrativo, frases llenas de significado: “El dolor es una punzada que hiere… la memoria”. “Las lágrimas pertenecen a la vida secreta del silencio”. “Las palabras… nos enmascaran”. “Todos somos un cuerpo, y en él andamos”. Y no digo más, sólo que les esperan días sorprendentes con la lectura de esta novela, que estoy seguro, tendrá una excelente calificación de usted y de su pareja. Ya me contarán.

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