El 12 de diciembre es un día complejo en la sociedad mexicana, si bien no figura como no laborable en el calendario oficial, los bancos no abren, las escuelas no reciben a los estudiantes y quienes abrieron sus negocios, es probable que cierren pasado el mediodía. Es el día que se conmemora la aparición de la Virgen de Guadalupe. Siguiendo su estrategia de no confrontación el Estado mexicano, que es definido como laico, no realiza ninguna acción tendiente a expresar su opinión sobre los acontecimientos, pero el personal de los municipios tiene programadas múltiples acciones para garantizar el paso de los peregrinos.

La presidenta de México eligió ese día para una conversación telefónica con el papa León XIV, a quien invitó a visitar nuestro país, la conversación fue muy amable y constructiva. No podemos olvidar que en plena campaña electoral Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez fueron al Vaticano especialmente invitadas por el papa Francisco, quien tuvo una especial deferencia para Claudia, le entregó unas rosas grabadas en plata, para que las entregara en la Basílica de Guadalupe, la candidata cumplió tan piadosa misión. En uno de los debates electorales, Claudia llevó un vestido con la Virgen bordada y Xóchitl en pleno debate la cuestionó porque ella no era católica. Lo cuál es cierto, Sheinbaum es de origen judío y fue militante de izquierda, eso no fue tomado en cuenta por los votantes y su triunfo electoral fue contundente (60%), votada por católicos, evangélicos y ateos, aunque un sector de judíos mayoritariamente de derecha votó por Xóchitl.

Me parece importante reflexionar sobre las razones del actual gobierno para insistir en la presencia del papa en México, más aún cuando recientemente un diputado de oposición subió a la tribuna para citar a la Biblia y fue cuestionado con firmeza por la bancada oficialista, recordándole que México es un estado laico y que ese tipo de discursos iba contra la laicidad del estado. No podemos olvidar que en la Visita pastoral del papa Francisco en México, el Pontífice estuvo precisamente en la Cámara de Diputados y muchos funcionarios y diputados se arrodillaron para besarle el anillo pontificio.

La información etnográfica aporta algunas cuestiones interesantes, la organización de las peregrinaciones que pueden llegar a ser multitudinarias, son organizadas por grupos laicales, quienes en muchos casos no asisten a misa regularmente, y en muchos casos los peregrinos están cumpliendo una promesa por tres años y luego dejan de asistir a la misma. También los organizadores están preocupados por la escasa presencia de peregrinos menores de 30 años. Una investigación del sociólogo Alejandro Moreno compara los datos de 2003 con el 2023, donde muestra que la proporción de personas adultas que “dan mucha importancia a la Virgen de Guadalupe en su vida” bajaron del 73% al 51%, una caída de 22 puntos, pero esto es más agudo en la Generación Z que se ubica en el 38%. También bajó en las generaciones mayores, baby boomers (77 a 62%), generación X (71 a 58%) y millennials (63 a 47%).

El papa León XIV también tiene una caída en los índices de popularidad, muy probablemente por la cautela que aplica para diferenciarse de Francisco, quien os tenía acostumbrados a su estilo franco y directo, a la vez que innovaba en esta institución considerada anquilosada por muchos. León XIV comenzó con 69% en mayo, bajó a 51% en junio y estuvo en el 44% en septiembre. Teniendo en cuenta que la Iglesia Católica mexicana es en estos momentos prácticamente la única fuerza social que tiene capacidad para confrontarse con el gobierno, ante la debacle programática de la oposición, podría entenderse la “maquiavélica” estrategia del gobierno de invitar al papa para neutralizar a la Iglesia, que se lanzó a reivindicar la Guerra Cristera y critica constantemente al Gobierno Federal.

El gobierno le apuesta a que el Papa criticara y desautorizará a la Jerarquía católica como lo hiciera públicamente Francisco en 2016, que implicó un fuerte golpe para el gobierno priista de ese entonces, pero no olvidemos que la historia no se repite, aunque podría ser “la primera como tragedia y la segunda vez como comedia”. Simultáneamente el Gobierno, por atender en exceso el frente católico, descuida el frente evangélico donde allí sí actúa como si fuera un estado laico “puro”, sin las peculiaridades de la cultura religiosa mexicana. Como dijera un comunicador mexicano, “si Kafka hubiera nacido en México, sería un escritor costumbrista”.

Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH.

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