Desde hace ya veintiún años, la Organización de las Naciones Unidas decretó oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres , un día para recordar que en nuestro país diez mujeres se les priva injustamente de su vida a diario; indiscutiblemente esta cifra debe llegarnos hasta lo más profundo de nuestros corazones y danos una indignación que, así como decía Stèphane Hessel; nos lleve a la acción.

Y desde el Senado de la República, la actual legislatura ha trabajado incansablemente para contribuir a la construcción de una realidad social mexicana más igualitaria y justa.

Hemos aprobado grandes avances en materia de paridad de género y reconocimiento de la importancia que tienen todas las mujeres de este país en el desarrollo político y privado; hace apenas unos días, el pleno de la Cámara Alta aprobó uno de los compromisos más importantes que teníamos con todas las mujeres mexicanas; la llamada “Ley Olimpia” marca un sin precedentes dentro del marco jurídico mexicano, ya que; brinda un valioso instrumento de acción para la protección de todas aquellas mujeres que han sufrido una violación a su intimidad con la divulgación de fotografías o videos privados, sin embargo, debemos de reconocer que ciertamente los retos aún son mayúsculos.

Y no solo cada 25 de noviembre, a diario tenemos la oportunidad de sumarnos a esta lucha que no es de ellas, sino de todos aquellos que decidimos deconstruirnos para erradicar todas las formas de violencia que sufren a diario las niñas, adolescentes, mujeres y adultas mayores alrededor del mundo.

Estoy convencido que mediante la implementación de políticas públicas integrales con una verdadera perspectiva de género, reeducando a los mayores y educando a los mas pequeños logramos derribar estos techos de cristal que frenan el pleno desarrollo de todas las mujeres.

Vale la pena recordar los principales acuerdos internacionales en materia de igualdad y equidad de género como lo es, La Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) la cual nace en 1979 en el marco de la Primera Conferencia Mundial Sobre la Mujer, que por cierto; se celebró en México. Este vanguardista instrumento, es el segundo más ratificado por los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas.

En septiembre de 1995 se celebró la Cuarta (y hasta el momento, última) Conferencia Mundial Sobre la Mujer, en donde representantes de 189 países discutieron y lograron acordar compromisos históricos para el pleno desarrollo de las mujeres en todo el mundo.

México no fue la excepción, ya que; con una extraordinaria comitiva de representación nuestro país adquirió dichos compromisos, y a pesar de que ya han pasado veinticinco años, la ruta planteada ahí sigue más vigente que nunca.

A lo largo de la historia de nuestro país, existen innumerables mujeres que han contribuido con su conocimiento, capacidad, visión y fuerza para alcanzar los más importantes logros nacionales; desde diversas trincheras como la ciencia, la política, el derecho, la literatura, la educación y desde nuestros hogares; son las mujeres que sostienen como los grandes pilares a nuestro país; es por ello que atender y atacar la violencia contra la mujer es una urgencia social

Así que este 25 de noviembre, ofrezco todo mi reconocimiento a la importancia que tienen en el día a día de nuestro país, reconozcamos el largo camino que queda por recorrer en materia de igualdad sustantiva y derechos; y sobre todo, honremos a aquellas mujeres que dieron y han dado su vida por todas las nuevas generaciones y conquistas.

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